En una entrevista con Télam, Federico Ogue evaluó la actualidad de la industria de la criptomonedas y las posibilidades que puede traer la tecnología blockchain para soluciones financieras no tradicionales
Después de un crecimiento acelerado entre 2019 y 2021, la industria cripto padece la salida de US$ 2,1 billones del mercado desde noviembre de 2021, un fenómeno que, para el CEO y cofundador de la plataforma argentina Buenbit, Federico Ogue, marcará «una consolidación de empresas, en la que las más chicas van a desaparecer».
Es parte -aseguró- de los abruptos ciclos de crecimientos y caídas del mercado de un mercado con poco más de 10 años y que, aunque «es la primera vez que coincide una crisis macro con un un crash cripto», ayudará a «depurar los proyectos más ligados a modas o especulativos, y a que sobrevivan los que generan valor».
Actualmente hay más de 20 plataformas de compra o intercambio de criptomonedas en la Argentina, un sector que creció al compás de los nuevos usuarios que, según distintas estimaciones, abarca a más de 1 de cada 10 argentinos, la mayoría atraídos por la adopción de «stablecoins», criptos que siguen al precio del dólar, desde 2020 en adelante.
«El valor que puede dar cripto para sortear los problemas económicos que tenemos en la Argentina es muy fuerte, por eso es que hay tantas empresas que piensan en cómo ayudar a la gente», dijo Ogue en una entrevista con Télam, en la que evaluó la actualidad de esta industria y las posibilidades que puede traer la tecnología blockchain para soluciones financieras no tradicionales.
El Bitcoin, la principal criptomoneda del mundo, llegó a venderse a 69.000 dólares en noviembre del año pasado, pero el último fin de semana llegó a valer menos de 18.000, una caída del 75% en sólo ocho meses y su precio más bajo desde 2020.
«Cripto vive ciclos y, más o menos, siempre pasa lo mismo: en el ciclo alcista suben los precios y empiezan a aparecer proyectos que hacen que la gente se interese. Por más que el incentivo no sea el correcto o el más noble, la especulación genera tracción para la industria, lo que facilita la penetración y adopción de cripto», señaló Ogue.
Si bien esta vez las criptomonedas cayeron junto con el resto de los activos considerados de riesgo en el mundo -acciones o bonos de deuda de países periféricos- ante el temor a una recesión mundial, no fueron pocas las crisis que se vivieron en las últimas semanas en el sector.
A principios de mayo uno de los diez proyectos cripto más grandes del mundo, Terra, se desplomó en apenas tres días, haciendo desaparecer cerca de US$ 50.000 millones.
Semanas más tarde, Celcius, una de las plataformas «staking» más grandes del mundo -un mecanismo de préstamos y depósitos a cambio de interés- suspendió los retiros de sus usuarios por no contar con los depósitos, una especie de «corralito cripto» que continúa hasta hoy.
«Cuando pasan cosas así empiezan a salir problemas de todos lados. Crisis como estas enseñan mucho a ser todavía más cuidadosos en la comunicación, la educación y en la transparencia. La gente piensa sólo en ganar guita pero, cuando pasan estas cosas, es lo que más valoran», aseveró.
Es que las dudas en torno de la seguridad de las plataformas de finanzas y el derrape de estos proyectos son clave en el pánico que inundó al mercado de criptomonedas en los últimos meses
«Hay muchos proyectos que son malos, que no tienen valor fundamental y que están más ligados a un tema especulativo o a una moda de corto plazo. Lo bueno de cuando se dan estas bajadas es que eso se depura y queda lo que realmente genera valor», señaló el CEO de Buenbit.
En ese sentido, aseguró que Bitcoin y otras criptomonedas «son activos nuevos» ya que traen a la tecnología blockchain y, con ella, «una nueva infraestructura para hacer un montón de cosas».
«Lo importante es siempre tratar de ver el valor fundamental y sacar lo que distrae», afirmó.
Aunque los canales de transmisión de las cripto con la economía real son muy bajos, episodios como los de Terra o Celcius abrieron interrogantes en torno de si la falta de regulaciones podría provocar una crisis similar a la de 2008, cuando la bancarrota del banco Lehman Brothers desencadenó la crisis de las hipotecas que provocó el desplome de todo el mercado.
«Como industria no le podemos escapar al riesgo sistémico porque existe en todos los sistemas. Hay que tratar de mitigarlo siendo prudentes con reglas y transparencia, pero hay jugadores que tienen prácticas más oscuras y que, por estar muy apalancados, provocan caídas en forma de dominó», apuntó Ogue.
Y agregó: «Se pasa de la euforia en la que cuando sube está todo bien, pero cuando cae está todo mal, a la gente le agarra miedo, cree en todas las teorías conspiranoicas y se puede generar un ciclo vicioso y una profecía autocumplida».
La combinación del desplome de precios y las dudas sobre la estabilidad del sistema pusieron en jaque la rentabilidad del modelo de negocios de toda la industria.
«Seguramente haya consolidación y empresas que se junten y empresas más chiquitas van a desaparecer, como ocurrió en todos los ciclos», aseguró Ogue.
Buenbit fue una de las primeras empresas de la industria cripto o fintech en anunciar un recorte de trabajadores de cerca del 50% de su plantilla en mayo, para mantenerse en pie durante los próximos años, en los que será mucho más difícil conseguir financiamiento.
Ogue aseguró que tomaron la decisión para mantener la autosustentabilidad de la empresa, porque veían que «no era sólo de cripto, sino la situación macro» y que, al final, «fue lo mejor haberlo hecho antes porque logramos que todas las personas que se fueron consiguieran trabajo».
«Nos comimos el golpe de ser los primeros, por eso salimos en todos lados. Pero fue una decisión re difícil. Creo que para los que importan fue mejor haberlo hecho antes que después», señaló.
Aún así, el llamado «invierno cripto» no afectó significativamente el valor total de los depósitos en la plataforma, que sufrió una baja de «aproximadamente del 15%, que fue baja en comparación a todo lo que pasó», indicó.
Por Alejandro Tejero Vacas – Télam