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Hace 40 años Ferro sorprendía a todos con su primer título en Primera División


El torneo fue ganado por el equipo de Caballito de manera invicta dejando en el camino a varios de los candidatos

El 27 de junio de 1982 el futbol argentino asistía sorprendido al primer campeonato alcanzado por Ferro Carril Oeste en la Primera División, galardón que repetiría en 1984, también de la mano de Carlos Timoteo Griguol tras haber logrado además los subcampeonatos en 1981 y 1983.

Ese torneo Nacional de hace 40 años fue ganado por Ferro de manera invicta dejando en el camino a varios de los candidatos y venciendo en la final a Quilmes por 2 a 0 con goles de Miguel Ángel Juárez y Juan Domingo Antonio Rocchia .

El campeonato nunca se detuvo a pesar de la Guerra de Malvinas, reunió a los 32 equipos (18 del llamado Metropolitano, 6 de las ligas del Interior y 8 de los torneos regionales) y se jugó en 4 zonas de ocho.

Ferro ganó la suya sin perder, por encima de Unión de Santa Fe e Independiente, y luego derrotó en los cruces directos a Independiente Rivadavia (Mendoza) y Talleres de Córdoba para llegar a las finales contra el «Cervecero», vencedor de la otra zona.

Esos planteles de Ferro que supo «construir» Griguol y que brillaron durante más de un lustro en el fútbol argentino se conformaron con jugadores de experiencia y la aparición de algunos jóvenes surgidos de las divisiones inferiores del club de Caballito, traídos desde el interior del país a partir del trabajo del propio «Timoteo».

Ya en 1981 el equipo «verdolaga» había perdido el torneo a manos del Boca de Diego Maradona y Miguel Brindisi, por sólo un punto de diferencia, cuando todavía se otorgaban dos por partido al ganador.

«Sin dudas muchos afirman que el del ’81 era mejor equipo que el que salió campeón en el ’82; pero las cosas se dieron así y a pesar de ser un gran equipo el del ’81 recién fuimos campeones un año después», confiesa a Télam Oscar Alfredo «Mago» Garré, uno de aquellos nombres de ese Ferro histórico, luego campeón del mundo con Argentina en México ’86.

El estilo de juego del Ferro de aquellos tiempos rompió todos los moldes e interpeló a propios y extraños, que no entendían cómo un equipo sin figuras rutilantes ganaba partidos e imponía superioridad de local o de visitante.

«Al Ferro de aquellos años no supieron o no quisieron valorarlo como equipo; algo que sucedió casi 20 años después cuando muchas de las jugadas que nosotros hacíamos dentro de la cancha las empezaban a mostrar los grandes equipos europeos», asegura Jorge «Palito» Brandoni, integrante de esos planteles verdolagas.

Varias veces cuestionados por la excesiva tenencia de la pelota, o por jugar al descuido y al error del rival, los equipos diseñados por Griguol no fueron valorados por la crítica periodística de esa época más embarcada en la «grieta futbolística» entre César Luis Menotti y Carlos Salvador Bilardo.

Con todo, Ferro logró en cuatro años dos campeonatos (1982-1984) y dos subcampeonatos (1981-1983) y llegó a disputar además la Copa Libertadores de América de ese entonces.

A favor de sus buenos resultados hasta se lo mencionó a Griguol como posible reemplazante de Menotti tras el fracaso de la selección argentina en España 1982.

Goleamos

Carlos Barisio, ya fallecido, -arquero récord del fútbol argentino con 1075 minutos sin goles recibidos- y que por lesión no pudo jugar la final del ’82; Gerónimo «Cacho» Saccardi, máximo ídolo del club y Juan Domingo Rocchia, entre otros jugadores de mayor experiencia, fueron los pilares de la idea de Griguol.

Otros futbolistas de la talla del paraguayo Adolfino Cañete, el uruguayo Julio César Jiménez o la rutilante aparición de un joven llamado Alberto «Beto» Márcico le dieron a ese plantel el toque de «calidad» dentro del campo de juego.

El despliegue de los marcadores laterales «modernos» para la época como Garré y Mario Gómez y la seguridad de Héctor Cúper en la zaga central junto a Rocchia completaban un «once» titular que pocas veces sufría modificaciones.

La gran final del Nacional que Ferro y Quilmes jugaron en 1982 | Zonales

La dinámica de Carlos Arregui como volante por derecha y la velocidad e inteligencia de Claudio Crocco, además de la fuerza goleadora de Miguel Ángel Juárez, le sumaron a ese grupo armado por Griguol un «plus» difícil de igualar.

«Ese grupo era tremendo; lo mejor que teníamos era esa idea de ser un equipo adentro y afuera de la cancha. Una familia. Y ese fue un mérito de Griguol sin ninguna duda», afirma Julio César Jiménez que se había sumado tras su paso por Vélez Sarsfield.

Aquellos planteles de Ferro mostraban además una preparación física superior a otros equipos de la mano Luis María Bonini, que algunos años después trabajaría en la selección argentina y también en la de Chile junto a Marcelo Bielsa.

Ferro carril oeste,1982 | Futbol argentino, Fútbol, Argentina

El estilo de juego, la parte física y la humildad de aquel grupo fue en definitiva parte del secreto del éxito para un club que era ejemplo de la UNESCO como institución deportiva, pero al que le faltaban títulos deportivos importantes.

«La verdad a mi Timoteo me esperaba en la esquina del club en Caballito para llevarme todos los días en su auto hasta Pontevedra para entrenar y para que no faltara porque yo vivía en Barracas», admite el «Beto» Márcico al recordar sus primeros pasos por Ferro y su agradecimiento a Griguol.

Quizás aquel mes de junio de 1982, con el Mundial de España en plena realización y las noticias tristes que llegaban desde las Islas Malvinas, se opacó en parte la repercusión del primer titulo oficial de Ferro en la Primera División de AFA.

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Sin embargo, en el barrio de Caballito se festejó como nunca ese domingo 27 de junio cuando se jugó la final ante Quilmes, que como local unos días antes no había podido sacar ventaja al empatar 0 a 0.

Ese día, con el arbitraje del histórico Teodoro Nitti, el goleador del año, Juárez, abrió el marcador en el primer tiempo con un doble cabezazo venciendo a Hugo Tocalli. En la segunda parte, Juan Domingo Rocchia empujando un centro de Márcico puso cifras definitivas y Ferro Carril Oeste gritaba campeón. Hace nada más y nada menos que 40 años.