Un 13 de junio de 1982 el mejor jugador de la historia jugó su primer partido en una Copa del Mundo. Fue en la derrota 1-0 con Bélgica en Barcelona
Por Jerónimo Granero – Télam
El 13 de junio de 1982 quedará marcado en la historia del fútbol por haber sido el día en el que Diego Armando Maradona debutó en una Copa del Mundo y 40 años después, Patricio Hernández, su compañero de habitación e integrante del plantel de César Luis Menotti, recuerda la anécdota de la camiseta número 10 y el plan de Bélgica para anular a la joven promesa de la Argentina en el partido inaugural.
Con 21 años y días después de su millonaria transferencia de Boca a Barcelona, Maradona jugó su primer partido en la máxima cita mundial en la sorpresiva derrota por 1-0 ante Bélgica en el partido inaugural disputado en el estadio Camp Nou con más de 90 mil espectadores.
Patricio Hernández fue testigo de ese hecho histórico para el fútbol argentino y mundial ya que el astro luego disputó otros 20 encuentros, ganó el Mundial de México en 1986, fue finalista de Italia 1990 y sigue siendo el futbolista de la «Albiceleste» con más partidos en Copas del Mundo.
El exquisito zurdo surgido de Estudiantes de La Plata, además, fue compañero de habitación de Diego en la concentración y el responsable de que Maradona haya podido vestir la mítica camiseta número 10 en su primer Mundial.
Por disposición de la FIFA y tal como había sucedido en 1978, César Luis Menotti repartió los dorsales de acuerdo al orden alfabético de los apellidos de los futbolistas por lo que a Hernández le tocó el 10 y a Maradona la 12.
«Durante dos o tres días, Diego estuvo intranquilo y contrariado y yo me imaginaba que era por el tema de la camiseta. Un día estábamos tomando mate temprano y me dice: «‘Patri’, yo quisiera jugar con la 10″. Y ahí yo le dije ‘olvidate, es tuya'», recuerda Hernández en diálogo con Télam.
«Cyterszpiler, su representante, se portó mal porque le fue a pedir directamente a Menotti la camiseta y el ‘Flaco», como buen líder, le dijo que hablen conmigo. Yo no tenía nada que hablar con él, solo cuando Diego me la pidió, accedí porque era un gusto que la use el mejor del mundo», agregó Hernández.
«En los días previos había mucha tensión, por ser la inauguración, porque éramos los campeones del mundo y por la Guerra de Malvinas. Esto último se nombra poco pero fue un detalle no menor que también nos puso nerviosos», destaca sobre ese junio de 1982 que tenía a nuestro país en vilo por la visita del papa Juan Pablo II y la inminente rendición en las Islas Malvinas.
El mediocampista, que finalmente no tuvo participación en los cinco partidos de Argentina en España, también fue protagonista indirecto del plan que ideó Bélgica para anular a Maradona en ese fallido debut.
Unos años después del Mundial, Hernández compartió plantel con el belga Ludo Coeck en Ascoli, de Italia, y el mediocampista le reveló la charla previa del entrenador Guy Thys.
«¿Maradona es mejor que un jugador nuestro? Sí, le respondió el plantel. ¿Y que dos? También. ¿Y que cuatro? No, le respondieron. Entonces armó un rombo con Ludo Coeck, Frank Vercauteren, Erwin Vandenbergh y Jan Ceulemans para que siempre encierren a Diego», cuenta Hernández, según el relato de su excompañero belga.
Maradona tuvo un debut con poco brillo, algunos diarios puntuaron su actuación con un 5, pero en el segundo tiempo tuvo la situación más clara para empatar el partido que había abierto Vandenbergh, a los 18 minutos del segundo tiempo, con un tiro libre que se estrelló en el travesaño.
«Después del debut, Diego estaba muy triste, caído y amargado. Cuando no le salían las cosas, era de hacerse mucho problema y encima tenía todo el peso de querer demostrar tanto», rememora Hernández, quien compartió días inolvidables con un Maradona «genuino y llenó de sueños».
«No me podría haber tocado un compañero mejor. Nunca en mi vida había estado con alguien que quisiera dormir con la pelota en la almohada. Nuestras charlas eran en torno a un profundo amor por el fútbol», remarca el mediocampista ofensivo que brilló en el «Pincha» de la mano de Carlos Bilardo y se ganó la convocatoria para el seleccionado de Menotti.
En ese primer partido, el «Flaco» alineó a Ubaldo Fillol; Luis Galván, Jorge Olguín, Daniel Passarella (capitán) y Alberto Tarantini; Osvaldo Ardiles, Américo Gallego y Maradona; Daniel Bertoni, Ramón Díaz y Mario Kempes.
En el segundo tiempo hizo un solo cambio y fue el ingreso de Jorge Valdano por el «Pelado» Díaz, quien junto a Maradona se había destacado en el Mundial juvenil de 1979 y llegaba para «reforzar» a la base del equipo que logró la primera estrella del Mundo en 1978.
Cinco días después, Argentina derrotó a Hungría por 4-1 y Maradona marcó sus primeros dos goles en Mundiales pero la participación del equipo de Menotti terminó en decepción.
El campeón no pudo defender el título y fue eliminado en la segunda fase tras perder primero contra Italia (2-1) y luego ante Brasil (3-1) con la recordada expulsión de Maradona tras un planchazo que fue una muestra de su frustración.