La operación militar ordenada por el presidente ruso, Vladimir Putin, lleva millones de evacuados, miles de muertes inocentes y grandes pérdidas de dinero. ¿Qué pasará en el futuro?
Después de 100 días de conflicto entre Rusia y Ucrania, la mortífera crisis con repercusiones globales aún no muestra signos de alivio. Según el presidente ruso, Vladimir Putin, la operación militar especial de su país en la región de Donbás, que comenzó el 24 de febrero, fue lanzada en respuesta a las amenazas fundamentales planteadas por la OTAN y la expansión hacia el este del bloque.
Desde entonces, la comunidad global ha estado monitoreando de cerca cómo el conflicto entre Rusia y Ucrania continúa remodelando la economía global, el panorama energético y los lazos diplomáticos y militares.
Los funcionarios rusos han enfatizado repetidamente que la operación militar especial continuará hasta que se cumplan todos sus objetivos, mientras que Ucrania ha jurado “luchar hasta el final”.
En este contexto, la ayuda militar cada vez mayor de Occidente a Ucrania y la presión sin precedentes sobre Moscú han exacerbado fuertemente la situación y creado barreras para futuras conversaciones de paz. Con Rusia y Ucrania adhiriéndose a diferentes posiciones de negociación, la perspectiva de la paz sigue siendo elusiva.
CAMBIOS SOBRE EL TERRENO
Tras el final de la batalla en Mariúpol, con Rusia tomando el control de la ciudad y la planta siderúrgica de Azovstal, ambos bandos cambiaron su enfoque militar a la parte noreste de la región de Donetsk y la parte occidental de la región de Lugansk. La acción militar actual se centra en torno a dos ciudades de importancia estratégica en la región de Lugansk, a saber, Severodonetsk y Lysychansk.
La parte ucraniana ha confirmado que continúan los intensos combates en Severodonetsk. El jefe de la administración militar regional de Lugansk, Sergei Haidai, sostuvo recientemente que Rusia se estaba haciendo con el control de la mayor parte de la ciudad, mientras que las fuerzas ucranianas seguían mostrando resistencia.
Durante su visita a la línea del frente en la región de Kharkiv este domingo, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, indicó que las tropas de su país se enfrentan a una situación extremadamente difícil. En una publicación de Telegram posterior a la visita, el líder ucraniano dijo que su país “defenderá su tierra hasta el final” y “luchará y definitivamente ganará”.
En un discurso más reciente ante el parlamento de Luxemburgo este jueves, Zelenski reveló que las fuerzas rusas controlan alrededor del 20% del territorio ucraniano. Mientras tanto, el ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, confirmó que la operación militar de Moscú continuará a pesar de la presión occidental y el aumento de la asistencia occidental a Kiev.
El experto militar ruso Aleksei Leonkov cree que el Ejército ucraniano ya ha sufrido una derrota en la batalla de Donbás y que los esfuerzos de Kiev en el campo de batalla no han dado ningún resultado tangible. Según Igar Tyskevich, analista del Instituto Ucraniano para el Futuro, el control total de la región de Donbás por parte de Rusia no será factible a corto plazo, y es difícil predecir cuándo durará este conflicto.
NEGOCIACIONES DE PAZ EN PUNTO MUERTO
Mientras se están produciendo avances significativos en el campo de batalla, no puede decirse lo mismo sobre el estado actual de las negociaciones de paz entre Rusia y Ucrania. Las expectativas de paz siguen siendo desalentadoras desde que, en abril, las negociaciones se suspendieran tras un controvertido incidente en Bucha.
Las autoridades rusas dijeron que Moscú está dispuesto a continuar las negociaciones diplomáticas, a pesar del impulso constante de Ucrania para desviarse de los acuerdos anteriores. Tras enviar un borrador de propuestas a Kiev, en abril, Rusia dijo que “la pelota estaba ahora en la cancha de Ucrania”.
Durante su intervención en el Foro Económico Mundial de Davos, Zelenski manifestó que las fuerzas rusas debían volver a sus posiciones previas al conflicto para poder continuar con las negociaciones diplomáticas. El vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitry Medvedev, respondió que esas condiciones “eran en principio imposibles”.
Los líderes mundiales, sin embargo, continuaron realizando esfuerzos para la mediación. El primer ministro italiano, Mario Draghi, el presidente francés, Emmanuel Macron, y el canciller alemán, Olaf Scholz, han mantenido múltiples conversaciones telefónicas con Putin para abordar la crisis ucraniana y las conversaciones de paz.
Turquía, que ha expresado su deseo de actuar como mediador en el conflicto, ya ha albergado una ronda de diálogo, manifestando recientemente su disposición a albergar un nuevo encuentro para las negociaciones. En cualquier caso, ninguno de los esfuerzos ha conducido a una reanudación exitosa de las negociaciones por las marcadas diferencias en la posición negociadora de ambas partes.
Rusia ha comenzado ya a reforzar su presencia en las zonas meridional y oriental de Ucrania, incluyendo la simplificación del procedimiento para solicitar la ciudadanía rusa aplicado a los residentes de las regiones de Zaporizhzhya y Jersón.
Algunos analistas rusos coinciden en que es inútil continuar las negociaciones con Zelenski sobre cuestiones políticas clave. Alexander Perendzhiev, analista político y militar ruso, ha señalado que el mandatario ucraniano es simplemente un títere de Occidente y que ellos no está preparado para negociar en serio.
Tyskevich cree que el conflicto ruso-ucraniano ha escalado hasta convertirse en una “guerra de largo plazo”, y que la “fase activa” puede durar varios meses o más, mientras que el siguiente paso importante sería negociar las condiciones necesarias para un acuerdo de alto del fuego. Sin embargo, aunque se alcanzase una tregua, según este experto, esta sería muy frágil.
IMPLICACIÓN DE OCCIDENTE
En lugar de promover las negociaciones de paz y un rápido final del conflicto, Estados Unidos y sus aliados occidentales han seguido ejerciendo presión sobre Rusia, endureciendo las sanciones y facilitando asistencia militar a Ucrania. El presidente estadounidense, Joe Biden, anunció este martes que su país suministraría sistemas avanzados de misiles solicitados por Kiev.
El ministerio ucraniano de Defensa también ha anunciado recientemente que su país estaba recibiendo sistemas de misiles anti-buques Harpoon desde Dinamarca, Reino Unido y Países Bajos para defenderse en el Mar Negro; mientras que otros países también suministrarán equipos de defensa en un futuro cercano.
En una apuesta por contener a Rusia todavía más, los líderes de la Unión Europea han acordado prohibir recientemente “más de dos terceras partes” del petróleo ruso que importa el bloque comunitario, al aprobar su sexto paquete de sanciones contra Rusia.
El Kremlin ha reiterado en numerosas ocasiones que, con el suministro estadounidense de armamento pesado a Ucrania, el país norteamericano estaba “añadiendo gasolina al fuego” deliberadamente, bloqueando cualquier posible reanudación de las negociaciones de paz. En recientes conversaciones telefónicas con los líderes europeos, Putin apuntó que el suministro de armamento desestabilizaría más la situación, además de empeorar la crisis humanitaria en Ucrania.
La politóloga rusa Karine Gevorgyan apuntó que, proporcionando un suministro ilimitado de armas a Ucrania, Occidente se arriesga a agotar sus propios arsenales. El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, ha alertado de que Occidente está librando una guerra de representantes contra Rusia, utilizando a Ucrania como campo de batalla.
Si Occidente se recupera finalmente de su ”locura antirrusa”, y decide que quiere restablecer las relaciones, Moscú consideraría seriamente si necesita o no restablecerlas, anotó Lavrov.