"Están todos pendientes de Coco: mi familia, mis suegros, mi hija, mi mujer, los vecinos me preguntaban cómo está coco, la gente en el supermercado", destacó su dueño
El perro «Coco», que llegó desde Hungría con su dueño y tuvo que hacer cuarentena por tener la vacuna antirrábica vencida, terminó este jueves su aislamiento en el aeropuerto de Ezeiza y vuelve a Córdoba, donde lo esperan familiares y vecinos.
La fecha coincide, casualmente, con el Día Nacional del Perro, que se celebra cada 2 de junio en la Argentina.
«Están todos pendientes de Coco: mi familia, mis suegros, mi hija, mi mujer, los vecinos me preguntaban cómo está coco, la gente en el supermercado», contó esta mañana el dueño del perro, Franco, a la prensa desde la localidad bonaerense de Ezeiza.
Además, agradeció «a toda la gente que empezó a hacer fuerza por esto», a su abogada y a las diligencias que se dieron en la Aduana para conseguir que Coco pueda quedarse en la Argentina.
Todo se inició cuando Coco arribó con su dueño al aeropuerto de Ezeiza desde Hungría sin su Certificado Veterinario Internacional (CVI) y con su vacuna antirrábica vencida.
En ese momento, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) decidió el 26 de mayo que hiciera la cuarentena y sea vacunado contra la rabia en un espacio cedido por la Aduana, «hasta que se defina su regreso al país de origen».
Sobre el proceso que atravesaron, Franco contó que fue «muy duro, muchas horas, muchos aeropuertos».
«Al llegar a Argentina vieron que le faltaba la vacuna de la rabia, que estaba vencida por ocho días. Faltaba la autorización del veterinario húngaro, que no hice tiempo de hacerla. Yo asumí la culpa, asumí mi error, pedí disculpas. Pero pedí ayuda también de parte del Senasa que nos costó mucho», agregó.
Finalmente, sobre el estado de Coco, Franco dijo que «se bancó todas» y aseguró que no hará más viajes de momento, sino que se quedará junto a su familia en Córdoba.