El delegado de la Asociación de Trabajadores de la Sanidad (ATSA), Miguel Samrani, dijo que los trabajadores del albergue en el que están internados unos 35 adultos mayores comenzaron “una retención de mano de obra debido a la falta de pago del aguinaldo de diciembre de 2021”
Los trabajadores del geriátrico La Casona, ubicado en Mitre al 1600 de Rosario, realizan un paro por tiempo indeterminado por la falta del pago de haberes, y en la ocasión también denunciaron una serie de irregularidades con las que se enfrentan a la hora de atender a los abuelos internados. En tanto, aseguran el sostenimiento de las guardías mínimas.
El delegado de la Asociación de Trabajadores de la Sanidad (ATSA), Miguel Samrani, dijo que los trabajadores del albergue en el que están internados unos 35 adultos mayores comenzaron “una retención de mano de obra debido a la falta de pago del aguinaldo de diciembre de 2021”.
“Sumado a eso, hay cuestiones del convenio colectivo que no están siendo pagadas por la empresa como por ejemplo la antigüedad, los títulos de enfermeros, los feriados y un montón de cuestiones más que hacen que hoy estemos haciendo la retención de mano de obra”, describió el representante gremial.
Enseguida, expuso: “Los argumentos son que no tienen dinero, pero nosotros sabemos que sí porque tienen una gran cantidad de abuelos aquí en el geriátrico, son todos abuelos particulares por los que se paga una determinada y buena suma, por lo que entendemos que es una falsedad eso de que no tienen dinero para afrontar el pago de los haberes”.
Por su parte, una de las trabajadoras del geriátrico, Patricia Palavecino describió sin equívocos: “No tenemos las condiciones como corresponde, como no la tuvimos en la pandemia. Nos tenemos que callar a veces porque tenemos represiones, ‘te vas a quedar sin trabajo, las voy a echar a todas, no te podés enfermar, no te podés internar porque te pueden pasar cosas como a todo el mundo’”.
Tras quejarse de que “el sueldo no está acorde” a lo que les tienen que pagar, la trabajadora expresó: “Y siempre nos callamos porque cuando queríamos juntarnos nos reprimían porque no podíamos hablar… fueron echadas dos o tres personas”.
“Pero acá estamos – prosiguió Palavecino – las condiciones no son buenas, no estamos anotadas las horas correspondientes, estamos a cuatro horas, nos deben antigüedad y un montón de cosas, y estamos cansados de mentiras y sabemos cómo esto funciona”.
Finalmente, y después de aclarar que “un poco” se dejan llevar “por miedo a perder el trabajo”, la empleada subrayó que seguirán con el paro “indeterminado” hasta que les paguen.