La Universidad Nacional de Rosario llevó a cabo una campaña de reciclaje basada en la recolección de materiales provenientes de fibra celulosa y de desechos de aparatos eléctricos y electrónicos en la Sede de Gobierno.
Diversos espacios y oficinas de la dependencia acercaron materiales y elementos y, por cada residuo, el equipo del Observatorio Ambiental entregó una planta como un gesto de compromiso con el cuidado del ambiente.
La actividad del reciclaje contribuye con el fortalecimiento de la cultura ambientalista y en consecuencia, con el aprovechamiento sostenible de los recursos naturales en el mundo, en consonancia con los objetivos para el desarrollo sostenible y en particular con el ODS12.
En total funcionaron en simultáneo dos acciones concretas: “EcoPapel UNR” para los desechos de materiales provenientes de celulosa y “E-Reciclar UNR” para los desechos electrónicos.
En el caso de los materiales de fibra celulosa, se buscaron aquellos provenientes de actividades humanas que son desechados como inútiles, dentro de estos figuran los que se obtienen de la fibra celulosa virgen de especies vegetales o recuperadas a partir de cartón o papel usados.
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Entre los objetivos del programa figuran el poder disminuir el volumen de basura que va a los rellenos sanitarios y favorecer el ahorro de agua potable, disminuir el impacto en los ecosistemas e inducir el respeto a la naturaleza.
Por el lado de “E-Reciclar UNR”, el objetivo pasa por concientizar sobre la gestión responsable de los residuos eléctricos y electrónicos que se producen cuando los dejamos de utilizar debido a la obsolescencia de los mismos, todo además, en el marco del cumplimento de la ley.
Asimismo se busca resguardar y mejorar la salud, mediante la apropiada gestión de los residuos eléctricos. La tecnología cambió la vida de la humanidad en cada paso dado, pero en los últimos 50 años, este cambio se dio de un modo vertiginoso.
Cada día, a cada hora, se producen mejoras y nuevos desarrollos que facilitan nuestras vidas, pero esta evolución tecnológica que parece no tener fin, encuentra su lado menos amable en el crecimiento de los desechos electrónicos (computadoras, celulares, televisores, electrodomésticos, etc.), problema que hoy deben enfrentar todas las ciudades del mundo.
Todos los productos electrónicos, tienen un ciclo de vida corto, que en promedio es de 4 años, y luego se convierten en “chatarra”. Estos aparatos tienen en común metales peligrosos, como el plomo, mercurio, cadmio y bromo entre otros. Por otro lado, la mayoría de los aparatos electrónicos contienen elementos, incluyendo dichos metales, que se pueden reciclar.
En tal sentido y en respuesta a la problemática que conlleva, se plantea poner en marcha este programa para la recolección de equipos eléctricos y electrónicos, destinado a recuperar las materias primas y establecer la apropiada disposición final de los residuos, evitando así que estos terminen su ciclo de vida en rellenos sanitarios.