Por Gisela Gentile
Cuántas se ha escuchado la palabra ‘inclusión’ y quizás de una manera abstracta creemos entenderla. Pero en la práctica, no todos comprenden de qué se trata. La misma conlleva una conjunción de muchas variantes que deben darse para que todas las personas se sientan con las mismas posibilidades.
En el campo de la cultura donde se mezclan las políticas y las practicas escolares, existe un vacío que deja por fuera a un montón de personas con grandes capacidades, talentos, y por sobre todas las cosas, seres humanos con necesidad de expresarse.
Para romper barreras y abrir nuevos caminos que abarquen a más personas, existen fundaciones como «Segunda Etapa». Un espacio que nace en los noventa como oportunidad para que las personas con discapacidad puedan participar del sistema sociocultural.
Con la gente dialogó con su presidenta, Alicia Alejandra Coppo, quien comentó y profundizó aspectos y acciones que lleva a cabo la fundación. «En el 1991 nos constituíamos como un grupo de profesionales que veíamos que los chicos salían de la escuela especial y eran trasladados a un taller protegido, debido a que su momento no existía la ley 24.901. La misma en aquel entonces, nos hubiese permitido hacer un centro de día o educativo, por ejemplo. En el 1998 después de que la ley se promulgó pudimos hacer muchas más cosas como las que llevamos a cabo hoy en día».
«Creamos un espacio para que las personas con deficiencias puedan desarrollarse y obtener la tan preciada independencia. Para esto resulta fundamental la capacitación en diversas áreas de comprensión, lectoescritura, informática, procesos lógicomatemáticos, talleres de arte, mecánica dental, diseño gráfico, gestoría, laboratorio cosmético, actividad física y fútbol», sostuvo la profesora.
En cuanto al por qué de la elección del nombre para la fundación, Coppo indicó, «los chicos salen de una escuela común con integración o de una especial primaria al mundo, el concepto de segunda etapa está ligado a la formación para que luego puedan desarrollar eso que quieren ser y hacer».
«Por eso es tan importante ofrecerles las diferentes alternativas, desde diseño, informática, taller literario, danza, alcohol en gel, perfume para ropa, pensarlo como una oportunidad para que observen y experimenten que les gusta hacer. Y es un poco mediar también entre el deseo de ellos y las posibilidades de inclusión laboral que existen concretamente», dijo.
En cuanto a esto último enfatizó, «lamentablemente por el momento no se está dando porque los empresarios aún no confían en los jóvenes con alguna discapacidad mental. En general estos proyectos de independencia laboral u emprendimientos necesitan de la ayuda de los padres».
En cuanto a la forma de aprendizaje relató, » trabajamos con el método de rehabilitación llamado Tomatis, yo misma fui a capacitarme a Estadios Unidos y realmente es de vital importancia. El mismo hace que los jóvenes puedan mantener por más tiempo la atención y, en consecuencia, aprender con mayor rapidez la lectoescritura».
Una fundación con muchas personas que día a día se comprometen en pos de lograr un poco más, «Concretar estos proyectos para mí es un orgullo, poder ver como avanzan en el aprendizaje es maravilloso. Desde la fundación sostenemos que es fundamental que puedan aprender a leer y escribir, ya que esto los hace libres. Resulta esencial que estén alfabetizados, ya que dentro del aspecto social lograr la comunicación les permite poder relacionarse, eso sin lugar a dudas los acerca a la sociedad», concluyó Alicia Alejandra Coppo.