Por Enrique Genovar
Por Enrique Genovar
El equipo de Leandro Somoza volvió a perder y quedó último en su zona. Una sistema defensivo que comete errores de amateur, un arquero más ocupado por la ropa que por atajar, varios jugadores que no merecen la titularidad y un entrenador que no poco cambia lo que ya fracasó. Un combo terrible que hace que Central no juegue los partidos, sino que los padezca.
En cancha de Lanús jugó 28 minutos donde hasta dominó las acciones y tuvo un par de chances. Pero a partir de otro yerro en defensa lo golpearon y otra vez terminó el partido mucho antes del final.
Ahora, ¿por qué no tendría que fallar el sistema defensivo si Somoza hace lo que hacía el Kily y que fracasó? El resultado si no cambias va a ser el mismo, no hay milagros.
En el complemento el Canalla siguió insistiendo porque si hay algo para destacar es que el equipo mejoró algo en lo físico. Pero esto duró hasta que otra vez volvieron a fallar y los veteranos del Granate hicieron de las suyas. Y ni hablar en el tercer gol donde la defensa hizo todo menos defender.
El gol de Marcelo Benítez solamente sirvió para decorar el resultado de otra derrota. Leandro Somoza es el menos responsable de todos, pero lo que sí se le puede marcar al entrenador es que no ha hecho cambios profundos. Variantes que el anterior cuerpo técnico no haya probado y que sin dudas va a tener que llevarlo a cabo porque su ciclo no se va a poder sostener más allá del receso.
El fracaso está a la vista. Los errores desde el comienzo tienen consecuencias ahora y por eso es que Central quedó afuera de todo muy pronto y su futuro es incierto. Quedan tres partidos a este torneo y seguramente no se podrán hacer cambios profundos, pero está en el entrenador modificar lo que viene haciendo el equipo para que aunque sea haya un diagnóstico de cara a lo que vendrá.