La imagen que dejó el Canalla no fue mala, de hecho, evolucionó con respecto al primer partido del nuevo entrenador
Otra vez los errores estuvieron presentes. Los yerros que tenía el equipo que dirigía el Kily González volvieron a aparecer. Nuevamente el mal retroceso hizo que Central no sume de a tres. Si bien mostró una cara algo diferente a la que tuvo en Victoria no hay que dejar pasar por alto que Colón jugó con once suplentes.
A Leandro Somoza hay que darle tiempo, está claro. Pero aún no se deja ver cuál es la impronta que le quiere dar al equipo. Pero más allá de todo análisis, los dos goles del Sabalero llegaron tras errores propios y esta situación es de vieja data.
La imagen que dejó el Canalla no fue mala, de hecho, evolucionó con respecto al primer partido del nuevo entrenador. Pero el equipo sigue sin ganar y por más que pudo sumar las condiciones que puso si rival en cancha era para sumar de a tres; sin embargo, no pudo.
El error de Servio y la incapacidad del equipo a la hora del retroceso fueron fatales para la intención se quedarse con el triunfo. El arquero no tuvo concentración en la jugada que derivó en el primer gol de Colón y el viejo vicio de como retrocede el equipo hicieron de la posibilidad de la victoria una utopía.
Más allá de que para ver la mano del nuevo cuerpo técnico va a llevar un tiempo, sí hay que reconocer un par de aciertos que tuvo el entrenador. La primera fue darle continuidad a Marcelo Benítez y la segunda en devolverle a Luciano Ferreyra la titularidad. El ex Defensa fue el mejor jugador de Central y aportó cosas importantes cuando tuvo la pelota. Además, cuando la defensa de Colón presentó batalla intentó generar peligro con remates desde afuera del área. En tanto que Pupi, más allá de que jugó un primer tiempo discreto, fue importante en el complemento y no sólo por el gol.
El punto ante Colón dejó sabor a poco. La obligación de ganarle a un equipo rival suplente era de Central y no lo logró. Lo que queda claro es que por más intentos que haga el nuevo cuerpo técnico por mejorar al equipo, si este continúa cometiendo los mismos errores de siempre va a ser imposible para cualquiera que venga a dirigirlo.