Reveló al diario The Washington Post que habría acompañado a sus seguidores leales mientras marchaban hacia el Congreso y confesó que no logró su propósito debido a que fue detenido antes de llegar por su equipo de seguridad
El ex presidente estadounidense Donald Trump defendió su conducta durante la violenta invasión al Capitolio en una entrevista incendiaria publicada hoy y afirmó que no se arrepentía de haber convocado a sus partidarios republicanos que participaron en los disturbios en Washington para impedir la oficialización del triunfo del demócrata Joe Biden en las elecciones.
Trump reveló al diario The Washington Post que habría acompañado a sus seguidores leales mientras marchaban hacia el Congreso y confesó que no logró su propósito debido a que fue detenido antes de llegar por su equipo de seguridad.
«El Servicio Secreto me dijo que no podía ir. Habría ido allí en un minuto», reforzó en la amplia entrevista en la que se se jactó de haber visto la «multitud más grande» en la sede legislativa para respaldar su postura de que su derrota electoral fue producto de un «fraude generalizado», acusación desestimada por la justicia.
Miles de partidarios del magnate neoyorquino superaron los controles policiales e irrumpieron en el Capitolio el 6 de enero del año pasado en un esfuerzo por detener la certificación legislativa de su sucesor y la transferencia pacífica del poder, después de que Biden obtuviera un triunfo crucial en 2020.
Los incidentes dejaron cinco personas muertas, incluido un policía, al cabo de un hecho sin precedentes que llegó a hacer peligrar la democracia de la primera potencia mundial.
Trump se regodeó repetidamente del tamaño «tremendo» de la multitud en su manifestación antes de los disturbios y pasó por alto su retórica explosiva que agitó a la multitud.
«No sé qué significa eso, pero ves muy pocas imágenes. No quieren mostrar imágenes, las ‘fake news’ (noticias falsas, como denominaba a los medios críticos) no quieren mostrar imágenes», aseguró Trump, según recogió la agencia de noticias AFP.
El ex mandatario de ultraderecha defendió su largo silencio durante la trifulca adjudicando la culpa a la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, a pesar de que ella no es responsable de la vigilancia en el Capitolio y ella misma fue un objetivo de la turba.
Lo acontecido ese 6 de enero es objeto de una profunda investigación de una comisión especial del Congreso y también de la Justicia, que parece destinada a continuar por largo tiempo.
Más de 750 personas fueron detenidas en esta histórica investigación, entre ellas algunos líderes de grupos de extrema derecha.
Para evitar un juicio, más de 200 acusados se declararon culpables, de los cuales unos 70 ya fueron sentenciados en tribunales federales.
La condena más severa fue de cinco años de prisión.