El reconocido periodista comienza desde el próximo sábado 9 por Telefe una nueva temporada del programa de entrevistas
El periodista y conductor Andy Kusnetzoff retoma su programa de entrevistas «PH: Podemos Hablar» desde el próximo sábado por Telefe, ciclo con el que buscó «ser distinto de lo que lo conocían» para «sacarse el mote de canchero y gracioso que tenía».
La sexta temporada del exitoso ciclo que reúne a cinco invitados por semana comenzará a las 22 con la participación de Abel Pintos, Luciano Castro, Gonzalo Heredia, Mica Viciconte y María Becerra en el primer envío.
En una entrevista con Télam, el premiado conductor radial de «Perros de la calle» consideró que el atractivo del programa de entrevistas de Telefe consiste en «las historias de vida» y afirmó que «no ve a cinco famosos sino cinco historias», ya que «nunca quiso hacer un programa de famosos».
«La radio te enseña a escuchar, a abrirte, a que otro se abra, a la intimidad. No podría haber hecho ‘PH’ sin haber hecho radio», dijo Kusnetzoff, consultado sobre la relevancia de su rol en «Perros» durante 15 años al momento de encarar el primer año del talk show de Telefe, que durante su lustro al aire supo imponerse la mayoría de veces en el rating frente al ciclo de Mirtha Legrand en eltrece.
Sobre las novedades de la nueva temporada, el animador contó que habrá una nueva y «gran» escenografía y que «cambia un poco la mesa con todos sentados», mientras que ya no estará el breve mano a mano que Kusnetzoff hacía aparte con alguno de los entrevistados.
«Llegar a la sexta temporada me parece digno de reconocimiento, sobre todo con formato propio. Ya no hay ese tiempo en la tele para empezar algo y que quede. Somos de los últimos bastiones de la autogestión», subrayó.
—¿Te parece que ‘PH’ funcionó por ser más descontracturado respecto del programa de Mirtha Legrand y a la gente le resultó menos solemne?
—No, creo que tiene que ver con generar un buen clima y que se puedan sacar cinco buenas historias en simultáneo. El éxito de «PH» es por esa energía y la sinergia que se da entre invitados y conductor, tratando de sacar adelante entre todos esas historias.
—En cuanto a los invitados, ¿tenés poder de veto o te puede tocar gente que no te cae muy bien?
—He vetado, pero igual trato de abrirme a lo que me proponen. Y me saqué muchos prejuicios con el programa. Sobre todo en el primer año; como se llamaba «Podemos Hablar», traté de no vetar a nadie y de invitar gente con la que no comulgo, pero ahora ya me parece que alguna empatía debe haber. Llegué a tomar un café con un invitado que no quiso venir: me junté media hora con Eduardo Feinmann en La Biela. Él se había enojado porque decía que yo lo había criticado y le dije que estaría bueno que viniera a charlar a ‘PH’. Un café no se le niega a nadie. Pero al programa no vino. Hablamos y estuvo bueno. Tampoco hubo buena onda, pero sí respeto. Después sentí que un poco me traicionó porque tras el mano a mano en el que estuvo todo bien, cuando Anamá Ferreira me criticó por las notas que le había hecho en «CQC», él empezó a adjetivarme. Creí que la charla iba a servir pero no.
—¿Qué antecedentes te formaron para hacer un programa manejando humor y varias entrevistas simultáneas? ¿Hay influencia de Jorge Guinzburg y «La Biblia y el calefón»?
—Sí, siempre digo que hay que pedir laburo en donde uno más quiere estar. Y el primer lugar en el que busqué fue con Guinzburg; quería trabajar en «Peor es nada». Generacionalmente, era mi referente como entrevistador. Y en cuanto a referencias de programas, me comparaban mucho al principio con el de Mirtha Legrand, pero siempre dije que estaban equivocados y blanqueé con mucha sinceridad que mi inspiración era «Sábado Bus», en donde cada invitado tenía un momento. Y una inspiración para «PH» fue también un video viral de un programa educativo, creo que de Dinamarca, que era como una suerte de publicidad en la que se iba encasillando la gente y de ahí se me ocurrió la idea para la sección «Punto de encuentro».
—En cuanto al humor y la corrección política actual, como conductor que hace humor entrevistando, ¿creés que Will Smith sentó un mal precedente y ya nadie va a aceptar chistes?
—Los chistes tienen que ver con la libertad. Hay un límite que tiene que ver con el buen gusto, uno puede pasarse o no. Pero el humor tiene que estar, aunque uno pueda equivocarse. Lo de Smith le hace mal a todos, porque si vamos a andar pegando trompadas porque nos ofendimos, está claro que no va.
—Fue muy esperado el reencuentro radial con Mario Pergolini hace poco. ¿La pasaste bien o hubo un poco de tensión?
—Fue todo lo que esperaba. Lo disfruté un montón. Fue lindo que Mario, con toda su historia, haya venido a los 20 años de «Perros». Nos dijimos las cosas que nos teníamos que decir. Hubo mucha verdad, no careteamos nada. Momentos de tensión hubo todo el tiempo, pero era parte de lo que buscaba. Nos divertimos y estuvo buenísimo. Tuvo una repercusión impresionante y todo digital; no fuimos a ningún canal. Porque no importa dónde sino el contenido. No importa si es un podcast, un vivo en radio, en TV o Youtube; lo importante es que pase algo que traspase el parlante o la pantalla.
—¿Notás una muerte progresiva de la TV?
—La quisieron matar muchas veces. Hay un cambio con internet. Creía que no, pero hoy la veo bastante viva. No todos los programas funcionan, pero está viva. Conozco muchos pibes que ven «PH» en Youtube al día siguiente, o vía clips. Eso no figura en el rating pero está y se viraliza. No es la tele con la que me crié y sin duda la TV abierta quedó para un público más grande. Trato de juntar ambos mundos a través de los invitados.
—¿Cuál sentís que es tu público ahora con la cultura internet hegemónica entonces?
—Hay un público que me viene siguiendo y después «PH» tiene su propio público que se copó con las historias, que por ahí no me seguían a mí particularmente. La radio atraviesa otro momento y Youtube nos acercó un montón. Trato de estar aggiornado y entrevistar gente más joven.