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Estafa piramidal o esquema Ponzi: en qué consiste el sistema del que acusan a Generación Zoe


Lo que aparenta ser un negocio que ofrece grandes rendimientos a cambio de una inversión inicial y la incorporación de nuevos participantes es, en realidad, una estafa que viola los artículos 309 y 310 del Código Penal

Promesas de ganancias extraordinarias en corto tiempo y la necesidad de sumar nuevos participantes al sistema para garantizarlas son las principales características de las llamadas “estafas piramidales” o “esquemas Ponzi”, dos mecanismos muy similares por los que está denunciada Generación Zoe, por haber hecho perder millones de pesos y dólares a miles de personas en pocos meses.

Lo que aparenta ser un negocio que ofrece grandes rendimientos a cambio de una inversión inicial y la incorporación de nuevos participantes es, en realidad, una estafa que viola los artículos 309 y 310 del Código Penal, que penan el delito de intermediación financiera -la captación de dinero público para su posterior operación- no autorizada, con penas de 1 a 6 años de prisión.

Esto es así porque el sistema no produce valor agregado para pagar eso beneficios sino que sólo funciona si se incorporan nuevos inversores que son los que pagan los supuestos rendimientos de quienes llegan primero.

Es decir, si en algún momento dejaran de entrar nuevas personas al mecanismo, no será posible pagar los rendimientos de los primeros, por lo que quedaría en evidencia la estafa cometida, algo sobre lo que nunca se informa debidamente a quienes ingresan el dinero.

“Para tomar dimensión, una pirámide en la que cada miembro tiene que incorporar a seis personas tarda sólo 10 niveles en superar una cantidad equivalente a la población del todo el país, más de 40 millones de personas”, explica el Ministerio de Economía, en un video educativo sobre el funcionamiento de las estafas piramidales.

Esto se suma a que quienes aportan dinero en estos esquemas no suelen recibir comprobantes por el dinero que ingresan -o si lo hacen, no tienen validez legal-, ni cuentan con respaldo o control legal por parte de autoridades regulatorias, como deberían ser el Banco Central o la Comisión Nacional de Valores.

Si bien una estafa piramidal y un esquema Ponzi -llamado así por Carlo Ponzi, italiano que realizó numerosas estafas de este tipo a principios del siglo XX en Estados Unidos- pueden ser parecidos, existen algunas características que las diferencian.

La principal diferencia entre uno y otro es que el esquema Ponzi basa su estafa en inversiones fraudulentas, justificando muchas veces información privilegiada, mientras que la estafa piramidal informa desde el principio sobre la necesidad de atraer a nuevos inversores para obtener el pago.

“El rol del operador es fundamental en un esquema Ponzi, quien actúa como contacto y reclutador de las víctimas. En una estafa piramidal son los miembros nuevos quienes deben reclutar más miembros”, explica un informe de Aula Ualá sobre las diferencias entre uno y otro esquema, en el que se detalla que una estafa piramidal puede colapsar rápidamente mientras que un esquema Ponzi puede sobrevivir si los participantes “reinvierten” su plata.

En el caso particular de Generación Zoe, la empresa liderada por Leonardo Cositorto ofrecía supuestos activos, como una criptomoneda llamada Zoe Cash que pasó de valer cerca de 30 centavos de dólar a principios de año a 0,04 centavos en la actualidad (-99,85%) y se ufanaba de garantizar un retorno del 7,5% al 10% mensual o de hasta el 120% anual en dólares, además de haber empezado a invertir en múltiples negocios como el fútbol, la gastronomía, “el metaverso” y los NFT.

Investigaciones preliminares impulsadas tras la denuncia de ahorristas sostienen que la estafa es millonaria en pesos y dólares, y que hay miles de afectados por las maniobras en la localidad cordobesa de Villa María, además de en otras provincias de la Argentina y en otros países hispanohablantes.