Por Enrique Genovar
La contratación de Leandro Somoza es una apuesta. Y no cualquier apuesta, sino una apuesta fuerte. Es que el entrenador recién tendrá su primera experiencia y por este motivo es que la quiniela que hace la comisión directiva tiene el adjetivo de fuerte. Pero no solamente por el hecho de que el nuevo entrenador de Central no tenga trayectoria con el buzo puesto, sino porque su nombramiento se da a pocos meses de la elección de las nuevas autoridades.
Siempre que se cambia un técnico es por algo y ese algo siempre es malo. Esta vez no fue la excepción ya que el ciclo del Kily terminó desdibujado por donde se lo mire y el cambio fue inevitable. Pero la elección de un entrenador sin experiencia llama la atención y más en un año particular para la institución, por las elecciones de octubre próximo.
Por supuesto que ningún técnico te asegura nada, pero no deja de ser arriesgado el hecho de que Somoza tenga su primera experiencia como entrenador y más en plena competencia.
La comisión directiva casi no dudó. Más allá de que la oferta de entrenadores no era mucho, la mayoría de los directivos quedaron muy a gusto con la teoría del ex ayudante de Miguel Ángel Russo. Claro que ahora deberá llevarlo a la práctica.
Sin dudas de que la apuesta es fuerte. Es que un paso en falso con Somoza podría significarle al actual oficialismo una derrota en las urnas. Más allá de esto, los actuales directivos están confiados de que hoy Central no tiene un mal plantel y ven en el nuevo entrenador y en sus colaboradores como los indicados para seguir adelante con el proyecto. Los directivos están para tomar decisiones y los actuales, muchas veces criticado por la falta de las mismas, esta vez actuaron como la situación lo exigía. Ahora resta por saber si habrán acertado o no con la elección del técnico.