El rapero Mac Miller, que ganó fanáticos con su hip-hop retro y generó una atención incómoda con sus canciones sobre su exnovia Ariana Grande y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, murió el viernes a los 26 años, informaron medios de prensa.
Sitios especializados como TMZ y People informaron que Miller fue encontrado muerto por lo que parece fue una sobredosis en su casa a las afueras de Los Ángeles.
El agente de Miller, cuyo nombre real es Malcolm McCormick, no respondió a los llamados de la AFP, al tiempo que los servicios de emergencia declinaron comentar sobre los hechos.
Su muerte llega varios meses después que terminara una relación de dos años, de muy alto perfil, con la superestrella Ariana Grande, muchas veces vista como una inspiración para sus canciones.
Poco después de terminar, el rapero chocó su carro en mayo y fue imputado por conducir bajo la influencia del alcohol.
Grande escribió entonces en sus redes sociales que había tratado por mucho tiempo ayudar a Miller a combatir su problema con la bebida, pero describió la relación como «tóxica», asegurando: «no soy una niñera o una madre, y ninguna mujer debe sentirse que tiene que serlo».
Miller ha hablado abiertamente sobre sus adiciones, incluida la de un poderoso jarabe de tos, pero dijo recientemente, al sacar su quinto álbum el mes pasado, que estaba mejor.
Declaró a Rolling Stone en ese entonces: «¿He consumido drogas? Sí. ¿Soy un adicto a las drogas? No».
Nacido en Pittsburgh (Pennsylvania, este), este rapero se hizo famoso publicando música de adolescente, con un estilo minimalista que remontaba a los inicios del hip-hop.
Su música era muy masculina, con letras duras que a menudo describían gráficamente encuentros sexuales, aunque gradualmente intentó madurar.
En 2011, Miller escribió una canción sobre hacerse fabulosamente rico y, buscando una metáfora, tituló la canción «Donald Trump».
El ahora presidente de Estados Unidos se sintió halagado por la canción, aunque dijo que la letra era «un poco difícil de entender». Trump elogió a Miller como «el nuevo Eminem», otro destacado rapero blanco.
Después del sorpresivo ascenso político de Trump, Miller giró el mensaje de la canción y denunció con fuerza al mandatario en sus conciertos.