La conductora comparó su situación con la de “una persona que sufre un robo o violencia sexual que después se destaca en la vida profesional y no quiere que (en el buscador) aparezca siempre en primer lugar que fue robada o violada”
La conductora y productora de TV, Natalia Denegri, aseguró que su demanda contra Google no interfiere con la libertad de expresión “porque no pido que borren los videos” del escándalo mediático de los años 90 conocido como “Caso Coppola” -explicó- sino que se los desvincule de su nombre y se respeten sus “derechos y garantías como víctima de delitos”.
“Quizás lo mío sirva como el inicio de un gran debate que se debe dar en Argentina y que es tendencia mundial” sobre el derecho al olvido y la regulación de los buscadores de páginas de internet, dijo a Télam.
En ese sentido, explicó sobre su caso: “es especial porque fui víctima de un delito” y la experiencia es equiparable al de “una persona que sufre un robo o violencia sexual que después se destaca en la vida profesional y no quiere que (en el buscador) aparezca siempre en primer lugar que fue robada o violada”.
La empresaria aseguró no estar “para nada de acuerdo” con los dichos del doctor en Ciencias de la Comunicación, Martín Becerra, quien afirmó que si la Corte Suprema de Justicia ratifica el fallo de Cámara en el caso de Natalia Denegri «podría estar sentando un precedente muy peligroso que le abre la puerta a la censura».
“Yo no estoy pidiendo que se borren las noticias de la época, sino que al poner mi nombre y apellido no aparezcan los videos del programa de Mauro Viale de los que participé cuando era menor (de edad), porque no trasmiten nada informativo ni de interés público sino que por el contrario promueven violencia de género, mediática y la digital”, afirmó.
La comunicadora aseguró que el reclamo judicial no se fundamenta en el denominado “Derecho al Olvido” -que aún no está regulado en el país-, sino en la Ley 27.372 de Derechos y Garantías de las Víctimas de Delitos que «protege la intimidad y garantiza el trato digno» de estas personas y a «no revictimizarme», así también como leyes y tratados internacionales sobre violencia de género, niñez y adolescencia.
“Siendo menor de edad, en el año 1996 un juez implantó droga en mi domicilio y me detuvo ilegalmente solamente porque yo era vecina de una persona famosa a la que quería extorsionar, por eso yo después gané un juicio contra el Estado con dos causas penales que lo ratifican”, sostuvo.
Y añadió: “Es indudable que el dolor y el daño que me ocasionaron es imborrable en la biblioteca de mi vida, pero Google no es la vida, sino un negocio empresarial que se atribuye definir lo que somos al ponderar y difundir arbitrariamente información, incluso falsa”.
Además, recordó que ella participó de esos programas televisivos “cuando estábamos en una era analógica”, pero años más tarde “arbitrariamente me pasaron a la época digital” subiendo esos contenidos a internet.
Radicada en Estados Unidos donde en los últimos 10 años desarrolló una exitosa carrera como conductora televisiva y documentalista, Denegri se preguntó por qué aún hoy cuando se tipea su nombre el buscador que utiliza el 95% de los usuarios, “me define poniendo como página N°1 esos videos”.
“Por entonces, yo era muy chica y después de quedar detenida durante tres días directamente me llevaron al programa de Mauro Viale. Yo no entendía lo que pasaba, fui manipulada durante mucho tiempo”, señaló.
Producto de una causa armada y de estas participaciones televisivas en estado de vulnerabilidad, “se truncaron y perdieron todos mis sueños”.
“Yo recupere sólo mi libertad ambulatoria porque perdí mi trabajo, mi sostén económico, mi privacidad y mi anonimato. Nunca pedí ser famosa, no fui voluntariamente a los medios a exponer mi vida y al momento de haber sido ilegalmente detenida ya se habían publicado en los medios incontables mentiras sobre mi persona”, dijo.
Y si bien Denegri triunfa en EEUU donde ya recibió de 22 premios Emmy por su labor como conductora del programa de TV «Corazones Guerreros» y una serie de documentales allí proyectados, asegura que esto no fue gracias sino a pesar del Caso Coppola.
“Yo tuve que irme del país para poder desarrollarme profesionalmente, muchos dirán: ‘bueno se hizo famosa gracias eso’, pero en Estados Unidos no conocen el caso y no tiene nada que ver con lo que yo llegué a hacer allá, como amadrinar causas sociales y hacer un programa periodístico solidario”, concluyó.