En la Argentina, el consumo de sal por persona ronda los 12 gramos diarios, según datos proporcionados por la cartera sanitaria
La «Semana Mundial de sensibilización sobre el uso de la sal» se conmemora desde este lunes hasta el próximo domingo 20 de marzo y tiene por objetivo promover la implementación de acciones para reducir su consumo en la población y proteger la salud cardiovascular.
Uno de cada dos argentinos tiene hipertensión arterial, siendo uno de los principales factores de riesgo de esta enfermedad el consumo excesivo de sal, según la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR), elaborada por el Ministerio de Salud y el INDEC.
Además, el exceso de consumo de sal también puede asociarse, en forma indirecta, a patologías como litiasis renal, osteoporosis, obesidad e, incluso, cáncer de estómago.
La Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR) proporciona información válida, confiable y oportuna sobre factores de riesgo –como consumo de tabaco, alcohol, alimentación, actividad física, entre otros–, procesos de atención en el sistema de salud y principales enfermedades no transmisibles (ENT) en la población argentina.
Según este estudio, el 46,6% de los encuestados tienen hipertensión arterial y constituye el principal factor de riesgo de enfermedades no transmisibles, como infartos, accidentes cerebrovasculares y enfermedades renales.
En la Argentina, el consumo de sal por persona ronda los 12 gramos diarios, según datos proporcionados por la cartera sanitaria.
Se estima que el consumo de sal de mesa, ya sea para cocinar o agregar a las comidas una vez servida, representa alrededor del 15% del total de la ingesta diaria de sal.
Sin embargo, la mayor parte del consumo, entre el 65% y el 70%, proviene de los alimentos procesados o industrializados, incluso presente en alimentos que pueden no tener sabor salado, como panes, galletitas dulces, copos de cereal, lácteos y conservas.
Una ingesta diaria de sal de entre 0,4 y 0,5 gramos es suficiente para garantizar las funciones orgánicas de una persona adulta y esta cantidad se alcanza sin dificultad a través del consumo de alimentos naturales, es decir, no es necesario adicionar alimentos salados a la dieta ni ningún tipo de sal a las comidas para alcanzar esta recomendación, mientras que para disminuir o evitar el consumo de sal es indispensable disminuir al máximo la compra de productos ultraprocesados.
Los especialistas aguardan que la Semana Mundial de sensibilización sobre el uso de la sal signifique una toma de conciencia que implique el inicio de un cambio de hábito en pos de mejorar la calidad de vida y promover una alimentación saludable.