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Uruguay protege su economía ante la devaluación argentina


El Banco Central del Uruguay (BCU) defendió este jueves su política de atenuar la devaluación de la moneda local ante el dólar, en medio del impacto de la brusca caída del peso argentino y la baja del real brasileño. «La situación argentina es muy complicada» pero es distinta a la de Uruguay, expresó el presidente del BCU, Mario Bergara, en una entrevista radial.

En medio de reclamos de los sectores exportadores por un mayor incremento del precio del dólar para ganar competitividad en un mercado presionado por fuertes devaluaciones en Argentina y Brasil, Bergara defendió las intervenciones del BCU, que en cinco días vendió unos 500 millones de dólares para frenar la caída de la moneda local.

El dólar, «de hecho, está subiendo por encima de lo que está subiendo en el mundo», se defendió Bergara. «Estamos habilitando la depreciación cambiaria. Nos ayuda a corregir un desalineamiento leve que teníamos», sostuvo en relación a lo que los economistas locales denominan «atraso cambiario» con relación a sus vecinos.

El BCU anunció además el miércoles una operación de recompra de deuda emitida en pesos que será pagada en dólares, como una forma de atenuar la presión alcista sobre el dólar en los próximos meses.

«Hay más objetivos en la política monetaria» que el precio del dólar, sostuvo Bergara, y destacó la meta de disminuir la inflación. Datos oficiales mostraron el miércoles que la inflación acumulada en 12 meses en Uruguay alcanzó 8,31% a agosto, muy por encima del techo del rango meta del gobierno (7%). La inflación acumulada en el año (7,20%) también se ubicó por encima del objetivo para 2018.

Bergara insistió en que así como cuando el dólar caía el BCU intervino en el pequeño mercado local para contener la debacle, ahora pretende moderar cualquier alza. «La espalda financiera del BCU es muy amplia», respondió en relación a las reservas monetarias de Uruguay, utilizadas para aplicar la política de intervención en el mercado.

El gobierno de Tabaré Vázquez ha buscado transmitir tranquilidad sobre el impacto de la crisis argentina en el país, cuando la memoria por la catastrófica crisis de 2002 en el Río de la Plata está aún fresca.

El Ejecutivo enfrenta la situación en medio de complejas negociaciones salariales en todos los sectores, mediadas por el Ministerio de Trabajo, en un contexto de retracción de la actividad económica, inflación en alza, debilidad del mercado laboral y un abultado déficit fiscal de 4% del PIB.