Los fabricantes de automóviles alemanes Volkswagen, Daimler y BMW se enfrentaban el lunes a informaciones de prensa según las cuales realizaron pruebas de emisiones de gas a las que habrían sometido a monos pero también a humanos.
Desde el sábado, Volkswagen indicó que tomaba “claramente distancias con cualquier forma de maltrato de animales”, tras la revelación por el New York Times de tests llevados a cabo con monos por estos tres constructores, y también por el grupo alemán Bosch.
Estos experimentos se llevaron a cabo en 2014 en territorio estadounidense por parte de un organismo europeo sobre salud en el sector del transporte, el UEGT, fundado por los cuatro grupos.
Pero el caso adquirió una nueva dimensión el lunes cuando el diario alemán Süddeutsche Zeitung afirmó que estos tests sobre los efectos de la inhalación de óxidos de nitrógeno (NOx) también fueron efectuados con 25 humanos en buena salud.
Bernd Althusmann, ministro de Economía de Baja Sajonia, un estado federal accionista de VW, calificó por su lado estos experimentos de “absurdos e inexcusables”, informó la agencia DPA.
A fines de 2015, el grupo Volkswagen había reconocido haber equipado 11 millones de sus vehículos diésel –de ellos unos 600.000 en Estados Unidos– con un programa que falseaba los tests antipolución y disimulaba emisiones que a veces eran hasta 40 veces superiores a lo autorizado por las normas.
Tras el “dieselgate”, los constructores alemanes decidieron poner fin a la actividad del UEGT, actualmente en liquidación, según precisa Süddeutsche Zeitung.
Lo cierto es que en un artículo titulado “10 monos y un Beetle: dentro de la campaña Clean Diesel de Volkswagen”, The New York Times revela la historia de una serie de experimentos patrocinados por Volkswagen, Daimler y BMW, bajo una organización denominada European Research Group on Environment and Health in the Transport Sector, a la cual nos referiremos por su acrónimo alemán, EUGT. En esos experimentos, que se habrían llevado a cabo en Albuquerque, se habrían realizado pruebas con primates para demostrar que los diésel modernos son menos contaminantes y por ende peligrosos que los diésel antiguos.