A medida que pasan las horas, el conflicto escala sin solución de continuidad, en el contexto de una disputa cuyos alcances aún no quedan del todo claros
Por Christian Sanz / Especial NA
A medida que pasan las horas, el conflicto entre Rusia y Ucrania escala sin solución de continuidad, en el contexto de una disputa cuyos alcances aún no quedan del todo claros.
Y las preguntas son demasiadas a esta altura: ¿a qué se debe la escalada bélica? ¿Puede llegar a desactivarse? ¿De qué lado está la sociedad ucraniana en el enfrentamiento que se avecina?
NA decidió preguntarle al mayor experto argentino en la cuestión, Ignacio Hutin, que no solo es analista internacional, sino que también ha escrito dos libros sobre el conflicto ucraniano: «Una renovada guerra fría» y «Ucrania, crónica desde el frente».
NA – ¿Cómo y por qué se inició el conflicto entre Rusia y Ucrania?
IH – Es una larga historia. El conflicto comienza en 2014, a fines del año anterior, el presidente Viktor Yanukovich decidió no firmar un acuerdo político-comercial con la Unión Europea, que era mutuamente excluyente respecto de otro acuerdo político-comercial que Ucrania había refrendado con Rusia. O sea, si firmaba con la UE tenía que dejar de lado a Rusia, y Rusia era hasta ese momento su principal socio comercial, además de un gran socio político.
Yanukovich venía del oriente de Ucrania, que es una zona donde se habla ruso, donde la mayoría de la ciudadanía es étnicamente rusa, más allá de la ciudadanía legal. Y a partir de ese momento, de esa «no firma» del acuerdo, hubo una serie de manifestaciones por parte de gente que consideraba acercarse a Rusia como alejarse de los valores democráticos que supuestamente representa la Unión Europea, en contraposición con los valores no democráticos que supuestamente representa Rusia.
Hubo manifestaciones, esas manifestaciones fueron cada vez más violentas -hubo más de 100 muertos- y finalmente cayó el Gobierno.
El presidente nunca renunció oficialmente ni nunca se le hizo un juicio. Rusia y un sector de Ucrania siguen considerando hasta el día de hoy que se trató de un golpe de Estado.
Estas manifestaciones terminaron conformando unas agrupaciones armadas que se llamaron «autodefensas». Desde el este del país vieron esto que consideraron agrupaciones armadas y, al mismo tiempo, ese «golpe de Estado», y se inició la guerra, desde un sector nacionalista y un sector más «pro ruso». Y es una disputa que muestra lo dividida que está la sociedad ucraniana. Es una sociedad partida, a tal punto que en el este se habla ruso y en el oeste se habla ucraniano.
– ¿Históricamente cómo ha sido la relación entre Ucrania y la Unión Soviética?
– Es interesante la pregunta porque Ucrania tiene antecedentes de este tipo de conflictos: durante la Segunda Guerra Mundial, cuando Ucrania era parte de la Unión Soviética, se conformaron organizaciones paramilitares, la más conocida es OUN, la Organización de Nacionalistas Ucranianos, que tenía su brazo armado, el UPA, el Ejército Insurgente Ucraniano, agrupación que, con esta lógica de «Ucrania para los ucranianos» y «Ucrania independiente», luchó contra la Unión Soviética del lado nazi.
Durante la Segunda Guerra, la UPA llevó matanzas brutales contra civiles rusos, polacos y judíos. Especialmente en el oeste del país, donde era más fuerte, y donde sigue siendo muy fuerte el nacionalismo. De hecho, los líderes del UPA tienen monumentos por todos lados. Y es gente que asesinó a cientos de miles de civiles.
Es algo muy loco.
Entonces cuando desde el este, el sector más «pro ruso» ve que le construyen monumentos a gente que mató civiles y ve que estas organizaciones paramilitares tienen apoyo del Estado, tiene cierto sentido que tomen las armas y que empiecen una guerra. Porque dicen, «yo soy ruso, van a venir los nazis y me van a matar otra vez». Así se inició la guerra.
– A ello hay que agregar la cuestión de Lugansk y Donetsk.
– Claro. El problema es que en el este, las regiones más «pro rusas», en donde se habla ruso y todo lo demás, hay dos regiones que se declararon independientes en mayo de 2014, Lugansk y Donetsk. Sin reconocimiento oficial, pero se manejan como si fueran independientes. La moneda que usan ambas regiones es el rublo ruso. Más que nada porque es una región económicamente bloqueada por Ucrania, con lo cual no puede llegar dinero ucraniano. En cambio la frontera con Rusia está más abierta. El problema con toda esa gente que solo habla ruso es que en Ucrania todo se maneja en idioma ucraniano. Entonces, ocurre que todos ellos no pueden educarse, ni pueden ser juzgados, ni pueden hacer nada.
Ese es el contexto para entender lo que pasa ahora, que derivó en que Ucrania termine enfrentada a Rusia. Fue algo gradual, que se potenció en los últimos años, sobre todo porque Ucrania comenzó a acercarse a Occidente y a la Otan. La cuestión es que, a pesar de ese acercamiento con Occidente, Ucrania aún hoy no logra compensar la pérdida del comercio que tenía con Rusia. Eso debilita más al país y lo vuelve más pobre. Si bien viene mejorando muy lentamente la economía, porque la UE está apoyando, el problema es que Ucrania sigue siendo un país muy débil, muy pobre, que no tiene infraestructura. Que es sumamente dependiente.
No es casual entonces que la Otan haya enviado tantas armas y tanto dinero en los últimos días. Porque Ucrania no puede resistir de otra forma en el caso eventual de que Rusia invada.
– ¿Cómo describirías a la sociedad ucraniana?
– Como te dije, es una sociedad partida, eso se ve en todos los mapas electorales, hasta el día de hoy. El este vota una cosa y el oeste vota otra distinta. En el este se habla ruso y en el oeste se habla ucraniano. En el este hay una mayor industrialización y en el oeste se ve un territorio más agrícola.
– ¿Creés que realmente Rusia va a invadir Ucrania finalmente?
– Oficialmente, para Ucrania, Rusia invadió en 2014. Invadió la península de Crimea y el Donbás; fuera de eso, yo creo que no hay posibilidades de una nueva invasión. Porque hoy Ucrania está más cerca de la Otan.
– Pero están los movimientos de tropas de Rusia.
– Esto de movilizar tropas no es más que una disputa retórica y una muestra de fuerzas para ver cuál es el futuro de Ucrania. Si se acerca más a la Otan o si se acerca más a Rusia. Qué rol juega en el papel internacional. Lo que tiene de curioso es que Ucrania no decide, sino Washington y Moscú.
– ¿Sirven para algo las negociaciones entre Rusia y Estados Unidos?
– Nunca vamos a saber qué se dice realmente a puertas cerradas, pero lo que creo es que en algún momento el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, le va a decir al ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, «¿Vos no querés que Ucrania se incorpore a la Otan? No te preocupes, no va a pasar, porque Ucrania es un país pobre, dependiente». Puede acercarse mucho a Occidente, sí, pero no va a formar parte de la Otan. No al menos en el corto plazo. Y a partir de entonces todo va a empezar a desescalar.