Por José Odisio
¿Dónde hay un nueve? La pregunta surge espontánea, con un dejo de bronca y algo de resignación. En un mercado debilitado desde lo económico, hacer goles pone a cualquier delantero en un lugar privilegiado. Y cualquiera que traiga un currículum reciente con media docena de gritos o más, hoy es codiciado por todos, salvo por Boca y River que con plata y chapa pueden aspirar a algo más.
El uruguayo Sosa Sánchez estuvo en la mira de Newell’s, Unión, Colón, San Lorenzo, Independiente y Vélez. Sí, Sosa Sánchez que hace un año había que googlearlo para conocerlo. Pero hizo 7 goles en Patronato y le empezó a sonar el celular. Y hasta se dio el lujo de negociar su llegada con su hermano como combo.
Este es un ejemplo de las dificultades para conseguir un nueve. Y Newell’s no es la excepción, por el contrario, hay pocas tentaciones salvo la historia y el prestigio de jugar en un club donde pasaron grandes futbolistas. Sin jugar Copa, con billetera desmejorada, con la mala publicidad que tiene Rosario con la delincuencia y el humo, hoy para los directivos buscar un nueve es un desafío extremadamente complejo.
Nombres sobraron, negativas también. Y ahora aparece en carpeta Cristian Tarragona, quien hace poco era codiciado como Sosa Sánchez (también por sus goles para Patronato) y tras un paso por Vélez poco exitoso quedó libre. Dentro de lo que puede aspirar Newell’s, Tarragona es Benzema. Y más allá de la exagerada comparación, sería un gran refuerzo para Sanguinetti. Porque Newell’s puede tener arquero, una defensa digna y muchos juveniles prometedores, pero sin un nueve que la meta, será difícil tener éxito.