Kelmanson trabajará para el economista brasileño Ilan Goldfajn, quien la semana pasada asumió como nuevo director para el Hemisferio Occidental en el Fondo Monetario Internacional
El economista británico del Fondo Monetario Internacional, Ben Kelmanson, comenzará esta semana su nueva posición al frente de la oficina en Buenos Aires, en reemplazo del jamaiquino Trevor Alleyne.
Kelmanson es un economista con 22 años de experiencia en el Fondo, y ha trabajado «en una variedad de asuntos a nivel global y regional y de políticas de la institución para economías avanzadas, de bajos ingresos y emergentes», según detalló el FMI tras la designación.
En este sentido, durante los últimos tres años el economista se desempeñó como representante permanente del organismo en Turquía.
Antes, se desempeñó como economista en Moldavia y Letonia, y además, fue subjefe de Unidad en el Departamento de Europa.
Kelmanson es graduado en la Universidad de Leeds en 1994. Antes de su incorporación al staff del Fondo, trabajó como asesor del Directorio Ejecutivo del Reino Unido en el directorio del FMI y también tuvo un puesto en el Tesoro del Reino Unido.
Kelmanson trabajará para el economista brasileño Ilan Goldfajn, quien la semana pasada asumió como nuevo director para el Hemisferio Occidental en el Fondo Monetario Internacional, el cargo que había dejando vacante el mexicano Alejandro Werner.
Goldfajn, que resultará el responsable técnico de supervisar el acuerdo que se negocie con la Argentina, fue ex presidente del Banco Central de Brasil durante los mandatos de Dilma Rousseff y Michel Temer, es un economista de tilde ortodoxo, y adherente a políticas como las metas de inflación.
«Una cálida bienvenida a Ilan Goldfajn en tu primer día como director para el Departamento del Hemisferio Occidental del FMI», escribió la titular del FMI, Kristalina Georgieva, en Twitter, el día de su estreno en el cargo.
«La profundidad de tus conocimientos sobre la región y el trabajo del Fondo, y tu trayectoria como funcionario y comunicador serán invaluables», agregó la economista búlgara.