El ministro de Trabajo de la Nación remarcó además que el FMI no pidió modificaciones en las "legislaciones laborales ni previsionales"
El ministro de Trabajo, Claudio Moroni, aseguró que «la palabra flexibilización no está en el diccionario de este Gobierno», luego de varios debates acerca del pedido de cambios en los convenios colectivos que rigen a muchas actividades, y remarcó además que el Fondo Monetario Internacional (FMI) no pidió modificaciones en las «legislaciones laborales ni previsionales».
Tras dos años de trabajo, y sin vacaciones en ese período, Moroni recibió a Télam en la sala de reuniones del decimotercer piso del Ministerio de Trabajo, muy cerca de su despacho, en el marco de un ciclo de entrevistas que esta agencia realiza con integrantes del Gabinete nacional.
En cuanto a las definiciones para 2022, el funcionario adelantó que su cartera trabajará este año «el concepto de productividad» en la búsqueda de «mejorar las condiciones de trabajo» y no para intensificar la jornada laboral.
—Un tema que está en debate es cambiar los convenios colectivos. ¿Cómo se podría hacer sin que signifique flexibilización laboral?
—La palabra flexibilización laboral no está en el diccionario de este Gobierno. Lo que sí tenemos son convenios colectivos que requieren adecuaciones. Hablemos de sectores que ustedes pueden conocer. El convenio de Televisión tiene previsto la categoría de pintor de escenografías. Hay categorías, modos de trabajo, que han cambiado totalmente, que requieren readaptación de los convenios. Readaptar los convenios no significa bajar los derechos, no es ese el objetivo. Una de las cosas que vamos a trabajar el año que viene es el concepto de productividad. Lamentablemente, la palabra productividad en la Argentina quedó asociada a la película «Tiempos modernos» (comedia dirigida y protagonizada por Charles Chaplin, de 1936), esa intensificación de la jornada. Y eso no es productividad. Yo pongo siempre el ejemplo con las empresas que trabajan con la meta «accidente cero». Son muchísimas más productivas que las empresas que no trabajan con esa meta, que no se ocupan suficientemente del tema de prevención de las enfermedades y los accidentes en el lugar de trabajo. Eso es productividad, mejorar las condiciones de trabajo, que el trabajador participe del diseño del sistema de producción, con sus sugerencias.
Que haya, como el proyecto que mandamos (al Congreso) de Comité Mixto de Higiene y Seguridad (por el proyecto de ley para la creación de Comités Mixtos de Seguridad, Salud, Medio Ambiente y Prevención de Riesgos en el trabajo, que promueve el Ejecutivo y que ingresó a Diputados el 7 de octubre último), un ambiente libre de violencia y acoso. Productividad es todo eso. Hace al ambiente del trabajo. Hace también a las definiciones de categorías y formas de trabajo, y para nosotros el mejor lugar para que se discuta es el convenio colectivo.
—¿En qué puede incidir el acuerdo con el FMI en la generación de trabajo de este año?
—El Fondo no ha pedido, en las reuniones que he mantenido, ninguna modificación de legislaciones laborales ni previsionales. Así que en realidad el efecto que pueda tener es el que tenga sobre la economía en general. No va tener un efecto en particular en las relaciones laborales.
—En 2021 hubo debate con el tema del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), que dejó de otorgarse, y se focalizó el Repro para ciertos sectores. ¿Cómo cree que funcionó eso?
—Funcionó muy bien. El Repro vino a reemplazar a la Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP), que era un mecanismo de subsidios para el pago de salarios para un momento particular de la Argentina, que era que ustedes no veían pasar una bicicleta por la calle. Estaba todo paralizado. A partir de que se empezaron a levantar las restricciones para determinadas actividades, que podían empezar a trabajar, ya la situación no era generalizada. Y ahí nació el Repro, que en realidad es la readaptación de un viejo programa del Ministerio de Trabajo. Lo que ha venido sucediendo es que fue bajando la cantidad de empresas a la que fuimos asistiendo. Arrancamos con casi 600.000 trabajadores y hoy debemos estar en menos de la mitad. Arrancamos con un gasto mensual de 7.000 millones de pesos y hoy debemos estar en tres mil y pico de millones. El Repro funcionó muy bien. De hecho hay sectores, gastronómicos por ejemplo, en donde las cámaras y la hotelería nos decían que sin eso no hubieran podido subsistir. Hay pequeños sectores que todavía siguen siendo asistidos. Uno muy importante es el de salud, el sector más estresado, con lo cual el 75% de la asistencia Repro va hacia establecimientos de salud. Y no solo asistimos empleadores sino a monotributistas, y eso también bajó muchísimo. Lo que vemos es que va bajando a medida que va recuperando la actividad económica.
—¿Y el turismo ya dejará de recibirlo también?
—El único sector geográfico que todavía queda afectado, que no tiene el mismo volumen turístico que en otras épocas, es la Ciudad de Buenos Aires, porque el turismo receptivo del exterior todavía no está en esos niveles. En los otros sectores prácticamente no tenemos ni pedidos.
—¿Qué significa la reducción de la doble indemnización, que salió por decreto el 24 de diciembre?
—Nosotros dijimos siempre que la prohibición de despidos y la doble indemnización eras medidas extraordinarias. Para poner más el acento, la prohibición de despidos fue la primera vez que se hizo en la historia argentina. No tenemos un solo antecedente que se hayan prohibido los despidos con el alcance de lo que hizo este Gobierno. Como eran medidas extraordinarias para situaciones extraordinarias, en la medida que volviéramos a situaciones normales íbamos a volver a las protecciones normales, que son buenas en la Argentina, comparado con lo que es la regulación internacional en materia de normas de trabajo. Lo que hicimos fue hacer una salida gradual, de modo tal de ir acompañando esta situación, porque si bien estamos por arriba de 2019 seguimos pensando que no ese no fue un gran año. Con lo cual lo que hicimos fue una salida gradual y ordenada. Prudencia nada más.
—¿Y cómo tomó el sector empresario esta reducción paulatina en seis meses?
—No lo tomaron muy bien, porque esperaban que todo finalizara el 31 de diciembre, pero son decisiones del Gobierno.