"Uno de los grandes riesgos de nuestra interacción en las redes es todo lo que tiene que ver con violencia, puede ser ciberbullying, haters o trolls", indicaron expertos
El ciberacoso del que cada vez más niños, niñas y adolescentes son víctimas es una situación que hasta el momento, según los especialistas, no se puede evitar por lo que recomiendan a los adultos acompañarlos en el acceso al mundo digital, adelantarse a estos hechos dialogando desde casa sobre la existencia de la violencia en internet y ayudar a los más chicos con la construcción de su identidad y fortalecer su autoestima.
El pasado 5 de diciembre la mamá de Joaquín Nahuel, un nene de diez años que sueña con ser pastelero y se hizo conocido en las redes sociales mostrando sus tortas y postres, anunció que iba a cerrar la cuenta de Twitter porque el pequeño fue víctima de insultos, críticas y comentarios despectivos tanto de sus productos como de su apariencia.
«El nene que hace tortas», como se lo conoce en Twitter se convirtió rápidamente en uno de los usuarios más queridos en esa red social en la que ostenta la nada despreciable cifra de más de 230 mil seguidores.
Sin embargo, pese a los cientos de comentarios amorosos que recibe cada uno de sus posteos, también es víctima de haters, trolls o simplemente usuarios que consideran apropiador burlarse y maltratar a un niño.
«Uno de los grandes riesgos de nuestra interacción en las redes es todo lo que tiene que ver con violencia, puede ser ciberbullying, haters o trolls. Lo importante es salir de los semántico y darse cuenta que las redes, a veces, pueden ser muy, muy violentas», expresó en diálogo con Télam Sebastián Bortnik, experto en tecnología y seguridad informática.
En este sentido, el autor del libro Crianza Digital, advirtió que «todos podemos ser víctimas de la violencia en las redes, pero en el caso de los chicos se redobla la gravedad en términos de la madurez para poder procesar esas situaciones: están creciendo, están aprendiendo y de golpe se encuentran con niveles de violencia que son una locura».
Ante la realidad de que niños y adultos están expuestos diariamente a la violencia que se imparte desde el otro lado de un dispositivo digital, el especialista señaló que hay tres ejes centrales que se deben tener en cuenta, aunque «nada prepara a los chicos para que estén bien si los atacan, pero sirve para ayudarlos».
El primero tiene que ver con el manejo de redes sociales por parte de los más chicos. «Cada vez les damos acceso a sus propios celulares de manera más temprana y hay que reflexionar que este ingreso los expone a un espacio donde pueden aparecer una serie de riesgos», apuntó Bortnik y remarcó: «esto no significa no dárselo, pero hay que evaluar cuál es la edad en que el niño puede ir accediendo».
Por otro lado, «tenemos que adelantarnos, la violencia en las redes tiene que estar hablada en casa. No es lo mismo encontrarse con ataques y mensajes de este tipo cuando ya te avisaron que estas cosas pasan a encontrártelos de golpe, son muy difíciles de procesar, pero hay que advertirles que cuando publicamos algo puede pasar que gente nos conteste con violencia y que no va a ser ameno y que no es culpa nuestra».
El tercer eje que el especialista consideró fundamental es «trabajar en la identidad y en la autoestima con los chicos», y explicó: «Dentro de las redes los chicos creen que si tienen más likes o más comentarios son mejores, se construye una identidad que va desde afuera hacia adentro, yo soy bueno porque tengo likes, porque los demás dicen que lo son».
Esta construcción de la identidad y la autoestima «te pone en un lugar más vulnerable porque si vos sos lo que los demás dicen que sos, también lo sos cuando te agreden y sos lo que esos agresores dicen que sos, por es tan importante trabajar en la idea de que las redes son espacios para comunicar, pero no pueden definir nuestra identidad», agregó Bortnik.
Por su parte, Hernán Navarro, presidente de Grooming Argentina, consideró que «las redes sociales son un espejo de la sociedad, que es muy violenta» y, en consecuencia, remarcó que «no lo vas a poder evitar, los hechos de violencia van a seguir sucediendo por eso son indispensables las herramientas para enfrentar esto, y la base de esas herramientas es la educación».
«El adulto no puede trasmitir lo que no conoce por eso hay un puente roto que debemos reconstruir desde la educación», apuntó el especialista y enfatizó en que es fundamental el diálogo con los niños, niñas y adolescentes (NNyA) «desde casa y en la escuela».
«Ese acoso que antes se pensaba en el marco de la comunidad educativa, hoy hay que pensarlo en el marco de las identidades digitales, lo que sucede en internet causa y genera un impacto real en la vida de las personas, y en el caso de niños, niñas y adolescentes es más grave aún por el desequilibrio emocional que conlleva», advirtió Navarro.
Entonces, «sino no vamos a poder evitar vivir situaciones complejas, adversas, en las redes tenemos que trabajar en el empoderamiento de esos niños, niñas y adolescentes, explicarles qué es un hater, cuáles son sus características comunes, qué hacer al respecto», explicó el especialista y afirmó que «lamentablemente, la sociedad no logra magnificar el impacto de lo que esto puede significar en la vida» de los chicos.
En diálogo con Télam, Navarro explicó que es importante «diferenciar» el grooming del ciberacoso o ciberbullying, ya que el primero es un delito penal que tiene que ver con abuso sexual de niños, niñas y adolescentes (NNyA) y el segundo es acoso, violencia y hostigamiento a través de plataformas digitales, aunque remarcó que son situaciones que también generan «un profundo daño en equilibrio emocional» de los chicos.
Por último, el también docente universitario apuntó a la edad en la que los niños tienen una «emancipación digital», es decir, acceden a su primer dispositivo propio y destacó que Argentina es el país en el que esto ocurre «a edad más temprana que es a los 9 años» y los adultos responsables de brindar ese acceso no «acompañan esa decisión con información, educación o formación para que los niños, niñas y adolescentes están preparados para enfrentar una situación adversa».