La extrema derecha alemana mantiene una máxima presión sobre la canciller Angela Merkel y su política migratoria, con una nueva manifestación prevista este jueves por la noche en Chemnitz, epicentro de la protesta anti-extranjeros, y otra más el sábado.
Ejemplo de este tenso clima, especialmente en la ex-RDA, fue la agresión contra un joven sirio de 20 años, víctima de insultos xenófobos y de una paliza, efectuada por tres personas, en Wismar, en el norte de Alemania, el miércoles por la noche.
La víctima tiene la nariz rota y hematomas en la cara y el torso, según la policía, que abrió una investigación y busca a los agresores.
Tras las manifestaciones organizadas ya el domingo y lunes pasados,la extrema derecha quiere perturbar esta vez a partir de las 16H00 GMT de este jueves una reunión prevista entre autoridades y habitantes de Chemnitz, donde se iniciaron los disturbios.
El domingo, unas 800 personas se manifestaron en esa ciudad, donde grupos de ultraderecha y neonazis se organizaron para llevar a cabo una «caza de extranjeros».
Al día siguiente, unas 6.000 personas volvieron a congregarse – algunas, haciendo el saludo nazi- y se enfrentaron a cientos de personas de izquierda radical, ante un despliegue policial insuficiente.
– Preocupación de la ONU –
El Alto comisionado de la ONU para los derechos humanos calificó el miércoles de «chocantes» esas manifestaciones.
«Creo que es fundamentalmente importante que los responsables políticos de toda Europa denuncien esto» declaró Zeid Raad Al Hussein.
Después de esas manifestaciones, la prevista para el jueves supone una verdadera prueba de fuego para las fuerzas de seguridad, muy criticadas por haber subestimado la magnitud de la movilización en las calles.
La policía local recibirá refuerzos de todo Alemania.
Las manifestaciones de los últimos días fueron convocadas a raíz de la muerte de un alemán de 35 años, apuñalado durante una reyerta al margen de una fiesta local el pasado fin de semana, por motivos desconocidos.
La policía detuvo a dos sospechosos, un sirio y un iraquí, acusados de haber actuado tras un «altercado verbal».
El perfil del iraquí, principal sospechoso, aporta agua al molino de la extrema derecha ya que este migrante llegó en 2015 a Alemania procedente del Kurdistán, pidió asilo, y ya ha sido condenado varias veces por violencia y posesión de drogas.
Debía ser expulsado, pero apeló la decisión y ganó el recurso en 2016, según afirma el diario Bild. El sábado, la extrema derecha prevé una «marcha fúnebre» en honor de la víctima del apuñalamiento.
– Contra Merkel -.
Desde hace meses el partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD), ya presente en el parlamento nacional, ataca a Merkel por su política migratoria.
AfD le reprocha ser responsable del aumento de la criminalidad en Alemania tras la entrada de más de un millón de migrantes en el país en 2015 y 2016, aunque las estadísticas oficiales no confirman semejante aumento.
Uno de sus dirigentes, Alexander Gauland, apoya la idea que los habitantes de Chemnitz «se autodefienden»: «Es normal que la gente esté harta de la situación actual», declaró al diario Die Welt, ya que «la migración destruye la sensación de que se puede confiar en un vecino».
En este contexto, el exitoso polemista alemán Thilo Sarrazin presenta oficialmente este jueves su libro «OPA hostil – Cómo el islam frena el progreso y amenaza a la sociedad», que ya encabeza las listas de ventas en Amazon, pese a no estar aún en librerías.
Esta estrategia de la tensión dá réditos electorales al AfD, que le pisa los talones al partido socialdemócrata, y le disputa en los sondeos el rango de segunda fuerza política del país detrás de los conservadores de Angela Merkel, poco antes de las elecciones regionales de octubre en Baviera y Hesse.