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Estallido social en Guadalupe y Martinica: rechazan la vacunación obligatoria


Las protestas comenzaron a mediados de noviembre. Disturbios y saqueos tornan incontrolable la situación. Reacciona Francia

Guadalupe y Martinica, dos islas francesas en el Caribe con elevados niveles de pobreza, registran desde mediados de noviembre una intensa protesta contra la vacunación obligatoria anticovid de los sanitarios, que desembocó en un estallido social.

En estos dos departamentos de ultramar, situados en las Antillas, con unos 380.000 habitantes cada uno, se aplican las leyes y normas aprobados por el gobierno francés, aunque se permiten las «adaptaciones» locales.

La entrada en vigor el 15 de noviembre de la vacunación obligatoria anticovid para el personal sanitario y bomberos de los departamentos ultramarinos, como ya estaba vigente en el resto de Francia, provocó protestas, disturbios y saqueos en Guadalupe.

En ese archipiélago de las Antillas, donde un 34% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza y el desempleo el 17%, la epidemia aumentó la tensión y los representantes locales denunciaron la falta de diálogo del gobierno francés.

El 16 de noviembre, sindicatos y grupos ciudadanos llamaron a una huelga general ilimitada para protestar contra la inoculación obligatoria y contra el pasaporte sanitario. Un día después, un llamado similar a partir del día 22 se lanzó en Martinica.

En Martinica, donde el desempleo alcanza el 12% y casi un 30% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza, los manifestantes reclaman el fin a la vacunación obligatoria, así como un aumento de los salarios y una abaratamiento del combustible.

Los sindicatos piden que se subvencionen totalmente las pruebas de enfermedades vinculadas a la clordecona, un pesticida responsable de casos de cáncer de próstata que fue prohibido en 1993 en las Antillas, tres años después que en Francia continental.

En Guadalupe, situada a 120 kilómetros al noroeste de Martinica y separada de esta por Dominica, las reivindicaciones son también múltiples: sanitarias, sociales, económicas e, incluso, identitarias.

La respuesta de París aúna firmeza, con el envío de más fuerzas de seguridad y la aplicación de un toque de queda nocturno en estos departamentos de ultramar donde se registraron disparos contra policías y periodistas, y diálogo con responsables locales.

El 22 de noviembre, el presidente francés, Emmanuel Macron, llamó a la calma ante situación «muy explosiva», vinculada a un contexto «muy local» y a tensiones «históricas», y a no «ceder» ante quienes quieren aprovecharse de la situación.

Para desactivar la crisis, el gobierno anunció el viernes que retrasaría a finales de año la vacunación obligatoria y levantar la suspensión de empleo y sueldo del personal no vacunado, si acepta un «acompañamiento» de cara, sobre todo, a un reciclaje.

En ambos territorios, alrededor del 40% de la población adulta completó actualmente su pauta de vacunación, una tasa que se acerca al 90% en Francia en su conjunto.

Alrededor del 90% del personal sanitario se vacunó en Guadalupe, según la agencia regional de salud.

Aunque los disturbios disminuyeron durante el fin de semana, la tensión sigue con los sindicatos en Guadalupe, que reclaman también la liberación de las personas encausadas por la violencia, y con la clase política, tras un inesperado anuncio del gobierno.

El ministro francés de Ultramar, Sébastien Lecornu, aseguró el viernes que el gobierno estaba «listo» para hablar de la «autonomía» de Guadalupe –un estatuto de mayor autogobierno pero sin romper lazos, como el vigente actualmente en Polinesia Francesa–.

Pero aunque Lecornu aseguró que los políticos de Guadalupe evocaron «implícitamente» esta cuestión, en un comunicado, estos últimos aseguraron que la prioridad era «salir de la crisis» y que el debate sobre la autonomía llegaría «a su debido tiempo».

En Martinica, el Estado francés y los responsables locales alcanzaron un acuerdo sobre cómo salir de la crisis, en torno a siete temáticas (salud, juventud, vida cara, transporte, clordecona, pesca, cultura), con discusiones a partir de este lunes.

Lecornu viajó este fin de semana e intentó controlar la situación desde Baie-Mahault, en la isla de Guadalupe, informa el sitio France24.com