Andersson era hasta ahora ministra de Finanzas del Gobierno del primer ministro saliente Stefan Lofven, que renunció en noviembre tras siete años en el cargo
La socialdemócrata Magdalena Andersson fue elegida hoy primera ministra de Suecia por el Parlamento y se convertirá en la primera mujer en dirigir el Gobierno de este país nórdico, tras dos semanas de arduas negociaciones.
Andersson era hasta ahora ministra de Finanzas del Gobierno del primer ministro saliente Stefan Lofven, que renunció en noviembre tras siete años en el cargo, momento en que la nueva jefa de Gobierno asumió el liderazgo del partido socialdemócrata.
La nueva primera ministra logró 117 votos a favor, 57 abstenciones y 174 votos en contra en una votación en el Parlamento.
En Suecia, un Gobierno recibe el visto bueno si la mayoría de diputados (es decir 175) no vota en contra.
Esta economista y exnadadora de 54 años, con reputación de ser una mujer fuerte y directa, logró anoche in extremis un acuerdo con el Partido de Izquierda, el último apoyo que le faltaba para dirigir el Gobierno.
Andersson es elegida cuando falta menos de un año para las elecciones de septiembre de 2022, que se anuncian muy reñidas.
El desafío de la nueva primera ministra será que los socialdemócratas se mantengan en el poder en un momento en que su apoyo popular roza mínimos históricos, con un escaso 25% de apoyos.
Su gran opositor será Ulf Kristersson, líder del partido conservador de los Moderados, que recientemente se ha aproximado a la extrema derecha de los Demócratas de Suecia, un partido que se opone a la migración.
Kristersson se burló hoy del «gobierno desesperado» que se ha formado en el país, informó la agencia de noticias AFP.
Los problemas empezaron pronto para Andersson porque hoy mismo el Partido del Centro ya anunció que no apoyaría el presupuesto del Gobierno debido al acuerdo logrado con el Partido de Izquierda.
Andersson sufre así su primer revés y corre el riesgo de gobernar sin el presupuesto que ella había preparado y con el presupuesto de la oposición de derecha, con el apoyo de la extrema derecha de los Demócratas de Suecia.
«Creo que pese a todo puedo gobernar el país», dijo en una rueda de prensa Andersson, retomando su eslogan de campaña: «Creo que Suecia puede hacerlo mejor».
Aunque durante largo tiempo Suecia se ha considerado referente en igualdad de género, nunca ha tenido una mujer al frente del Gobierno a diferencia del resto de países nórdicos: Dinamarca, Finlandia, Noruega e Islandia.
Tras tomar el liderazgo de los socialdemócratas, Andersson fijó tres prioridades políticas.
La primera era «retomar el control democrático de escuelas, salud y cuidado de mayores» y alejar el sector del bienestar de la privatización.
También abogó por convertir a Suecia en modelo de transición climática.
Y por último, apostó por terminar con la segregación, los tiroteos y las explosiones que han impactado el país en años recientes, a menudo debido a las rivalidades entre bandas o grupos de narcotráfico.