Tiene 16 años y desde chiquito asiste al Centro de Convivencia Barrial La Esperanza. Sueña con ser profesional del skate para comprar una casa y ayudar a sus hermanos
Ulises Alpires tiene 16 años, vive en Parque Casas y a diferencia de la mayoría de los chicos de su barrio, a él no le interesa el fútbol: su pasión es el skate. “El skate me gusta por mi mamá, Soledad. Fue por ella que empecé a andar y lo sigo haciendo. Me motivó a hacerlo de chiquito y siempre me apoyó. Cuando me llevó por primera vez a Big Jump me dijo: ‘dale, no tengas miedo’”, contó el adolescente quien ya no tiene a su mamá, pero la homenajea en cada truco y volada.
A principios de noviembre, Ulises participó de la Copa Argentina de Skateboarding que se realizó en San Nicolás. Se animó a participar en la categoría mayores de 18 años y ganó el premio al Best Trick Jumpbox (mejor truco) de la competencia. “Era un torneo nacional, algo groso, grande. Me gustó mucho y estuvo re lindo todo. Ni hablar lo que fue ganar en la prueba que me tocó hacer”, contó.
“Lo más loco de todo es que hice un truco que nunca me había salido”, aclaró el adolescente y se emocionó: “Cuando hice el truco y gané en San Nicolás, sentí que mi mamá estaba a mi lado. Todo lo que hago, lo hago por ella y por mi familia”.
Además, agradeció la ayuda que recibe siempre de sus conocidos, como su amiga Emi que junto con sus padres lo llevaron a la competencia.
Ulises asiste desde chiquito al Centro de Convivencia Barrial La Esperanza. Desde allí, y en un trabajo articulado entre en CCB, la Secretaría de Deporte y Turismo, el club Sorrento Open y la escuela Big Jump, consiguió una beca para poder practicar este deporte que lo apasiona.
Su vínculo con el CCB La Esperanza es tan fuerte que incluso le prestaron la cocina para que pueda hacer tortas para vender y así financiar su participación en el torneo nacional. “El CCB La Esperanza siempre está y me abre en todo momento sus puertas. Antes de la competencia me prestó las instalaciones para hacer pastafrolas así las vendía y juntaba fondos. La cocinera Dolo, que era compañera de mi mamá en el trabajo, me dio una mano bárbara y me enseñó a hacerlas. Hicimos y vendimos. Mucha gente del CCB colaboró”, contó Ulises.
El sueño de ser profesional
Si hay algo que tiene claro Ulises a sus jóvenes 16 años es que el skate es su vida y que quiere ayudar a su familia. “Quiero sacar a todos adelante, tanto a mi tía como a mis hermanos. Deseo ser profesional y comprarme una casa para que algún día podamos vivir todos juntos y bien”, dijo con decisión y remarcó: “Patino por mi mamá. Quiero cumplir el sueño de ser profesional por ella. Quiero demostrar además que el skate es lindo y te saca de la calle. De hecho, a mí me sacó”.
Ulises empezó a patinar a los 6 años, antes iba a fútbol: “Pero me gustó más esto cuando vi el skate por primera vez. Mi mamá me preguntó si me animaba y Nacho (un profe) me prestó un skate por primera vez. Y así arranqué. Me gusta mucho este deporte”, aseguró.
“Fui aprendiendo a los golpes. Cuando Big Jump vino al club, yo no era socio, entonces me iba solito al parque Scalabrini Ortiz. Me pasaba horas andando hasta que un día me becaron y gracias a eso, acá estoy”, contó.
De su dedicación también habló Carmen Rojas, una íntima amiga de Soledad y quien hoy lo aloja en su casa junto a su hermano menor, Dylan. “¿Cómo es un día de Ulises? Va al colegio por la mañana. De ahí se va al Centro de Convivencia, donde un profe lo ayuda con la tarea. Luego va un rato a casa hasta que llega la hora de ir a entrenar al parque Scalabrini Ortiz o al club”, describió Carmen.
“Cuando me llamó para decirme que había ganado en su disciplina, me emocioné mucho. Aunque sabía que le iba a ir bien porque es muy aplicado. Me puse recontenta. Sobre todo porque sé lo que significa para él este deporte. Incluso, los días de lluvia que no puede ir al Scalabrini a practicar lo hace en la calle de nuestra cuadra. Arma la pista con ladrillos y tablas”, sostuvo con orgullo.
Rojas también habló sobre el sueño de Ulises: “Ama el skate. Es más, siempre me dice que cuando llegue a ser profesional vamos a comprar una casa, ya que alquilo, y a estar todos bien. Que vamos a estar todos juntos. Quiere además traerse a vivir a su hermano mayor. Es así, es muy bueno. De hecho, cada vez que puede va a buscar a su hermana Milagros (tiene 14 años y vive con la madrina) así están también con su hermanito Dylan”.
David Pincheira es profesor de la escuela Big Jump desde su creación en 2010 y trabaja además en conjunto con la Federación Nacional de Skate. El profe destaca el talento de Ulises: “Uno cuando está andando sabe la capacidad que tiene. Pero en una competencia la adrenalina te pega mucho y terminás intentando un truco que quizá nunca te salió o lo hiciste en tu vida, y te sale como le pasó a Uli en San Nicolás”.
Pero además, lo valoró como persona: “Tiene un corazón de oro. Es una persona hermosa, además del nivel que tiene como profesional. A eso le sumo que siempre está dispuesto a escuchar. Es una esponja e incorpora lo que le decís enseguida, más allá del respeto y educación que tiene”, relató el profe. “Un chico con un gran potencial”, concluyó.