El líder de las fuerzas armadas dijo que el premier Abdalla Hamdok encabezará un gabinete independiente integrado por tecnócratas hasta que puedan celebrarse elecciones
El derrocado primer ministro de Sudán retomó hoy sus funciones luego de firmar un acuerdo con los jefes de las Fuerzas Armadas, casi un mes después de haber sido puesto bajo arresto domiciliario como parte de un golpe de Estado.
El líder de las FFAA y del golpe, el general Abdel Fatah al-Burhan, dijo en declaraciones por televisión que el premier Abdalla Hamdok encabezará un gabinete independiente integrado por tecnócratas hasta que puedan celebrarse elecciones.
Según el acuerdo, que no deja en claro cuánto poder efectivo tendrá Hamdok, los militares liberarán también a los demás funcionarios y políticos detenidos desde el golpe del 25 de octubre pasado en el país africano.
El golpe interrumpió de manera abrupta la transición del país hacia la democracia dos años después del derrocamiento del autocrático expresidente Omar al-Bashir y su Gobierno islamista, y provocó una extendida condena internacional.
Desde el golpe, miles de sudaneses han salido a las calles de Jartum, la capital, y otras ciudades, para participaron en manifestaciones contra el Ejército y para pedir el regreso de un Gobierno civil.
Al menos 40 manifestantes fueron muertos en la represión de las protestas desde entonces, según un sindicato médico de Sudán.
Miles de personas más volvieron a protestar hoy en Jartum, poco antes de la ceremonia de firma del acuerdo en el Palacio Presidencial.
Fuerzas de seguridad lanzaron granadas lacrimógenas contra los manifestantes, que gritaban «no al poder militar», informó la agencia de noticias AFP.
Hamdok, en su primera aparición pública desde el golpe, prometió en un breve discurso «terminar antes que nada con el derramamiento de sangre en Sudán».
Por su parte, el general Burhan le «agradeció su paciencia», después de que el execonomista pasara casi un mes en arresto domiciliario.
El acuerdo llegó tras semanas de mediación para sacar al país de la crisis.
Durante ese tiempo, embajadores occidentales, negociadores de la ONU y personalidades de la sociedad civil sudanesa se reunieron con civiles y militares.
El objetivo era relanzar la transición que debe llevar al país a unas elecciones libres en 2023, tras 30 años de dictadura militar de Al Bashir, destituido por el Ejército luego de manifestaciones masivas.
A pesar del anuncio del regreso de Hamdok, los partidarios de un traspaso total del poder a los civiles prometieron mantener su estado de movilización.
Las Fuerzas por la Libertad y el Cambio, el principal bloque de defensa de derechos civiles de Sudán, rechazaron de inmediato el acuerdo.
También el partido Oumma, el mayor del país, afirmó «rechazar cualquier acuerdo político que no aborde las raíces de la crisis creada por el golpe militar».