Miles de migrantes, principalmente de Medio Oriente, acampan en la frontera entre Bielorrusia y Polonia, con la intención de llegar a la UE
El ejército polaco arrestó este jueves a un centenar de migrantes que intentaban cruzar la frontera desde Bielorrusia y acusó a las fuerzas de ese país de haber provocado la operación.
El Ministerio de Defensa de Polonia explicó en Twitter que las fuerzas bielorrusas habían llevado a cabo primero un reconocimiento del lugar y que «muy probablemente» provocaron daños en la alambrada que marca la frontera donde hace días acampan cientos de personas que esperan cruzar hacia territorio de la Unión Europea (UE).
«Entonces, los bielorrusos forzaron a los migrantes a tirar piedras contra los soldados polacos para desviar su atención, mientras algunos centenares de metros más allá se producía el intento de cruce», explicaron.
«Un grupo de unos 100 migrantes fue detenido por los servicios (de seguridad) polacos», dijo y señaló que el incidente se produjo cerca del pueblo de Dubicze Cerkiewne.
«Las fuerzas bielorrusas dirigieron el ataque», agregó el Ministerio.
Miles de migrantes, principalmente de Medio Oriente, acampan en la frontera entre Bielorrusia y Polonia, con la intención de llegar a la UE, de la que Polonia forma parte.
Las potencias occidentales acusan a Bielorrusia de orquestar la crisis para dividir al bloque y en represalia por las sanciones europeas contra esta exrepública soviética, lo que desmiente Minsk.
La UE reprocha además a las autoridades bielorrusas de atraer a centenares de personas a esta frontera prometiéndoles que podrán cruzarla fácilmente.
Bielorrusia lo niega y acusa a Polonia de rechazar a estos migrantes, que se encuentran en una situación humanitaria deplorable.
Ante la escalada, los miembros del G7 pidieron hoy «al régimen (de Bielorrusia) que ponga fin inmediatamente a su campaña agresiva (…) para evitar nuevas muertes y más sufrimiento», informó la agencia de noticias AFP.
El comunicado conjunto de los ministros de Relaciones Exteriores de Reino Unido (que ocupa actualmente la presidencia del G7), Francia, Estados Unidos, Canadá, Alemania, Italia, Japón y la UE expresó además su «solidaridad» con Polonia, Lituania y Letonia, víctimas según ellos de una «utilización provocadora de la inmigración ilegal».
La presidencia bielorrusa afirmó hoy que actualmente hay unos 7.000 migrantes en el país.
Según la vocera de la presidencia, Natalia Eïsmont, su país va a gestionar la repatriación de 5.000 migrantes, y la canciller Angela Merkel negociará con la UE un corredor humanitario para evacuar a los 2.000 restantes hacia Alemania, una información que no fue por ahora confirmada por Berlín.
El presidente bielorruso, Alexandr Lukashenko, habló en los últimos días en dos ocasiones con Merkel sobre la crisis.
Entretanto, un avión con migrantes partió hoy de Minsk con destino Bagdad, indicó el aeropuerto de la capital bielorrusa.
En total, 431 personas se encuentran a bordo del vuelo de repatriación de la compañía Iraqi Airways, según representante de la diplomacia iraquí citado por la agencia Interfax.
El secretario de Defensa británico, Ben Wallace, visitará una base militar en el noreste de Polonia que alberga un grupo de combate de la OTAN.
Se espera que un escuadrón de ingenieros militares británicos llegue a Polonia a finales de este mes para ayudar a poner vallas en la frontera, dijo el ministro de Defensa polaco, Mariusz Blaszczak.
Ese funcionario advirtió ayer que la crisis migratoria con Bielorrusia «podría durar meses, incluso años».
Fabrice Leggeri, jefe de la agencia fronteriza de la UE Frontex, declaró que la Unión debe prepararse para hacer frente a más crisis «híbridas» de migrantes, es decir humanitarias pero con objetivos políticos.