En el marco de los 50 años de carrera, el cantautor regresa nuevamente a Rosario para dar su último concierto del año en la ciudad
Por Mario Luzuriaga
Es uno de los más prestigiosos cantautores del país. Su voz y sus canciones traspasaron fronteras, se hizo amigo de otros grandes como Mercedes Sosa, Atahualpa Yupanqui, Astor Piazzolla, Julio Cortázar, María Elena Walsh, entre otros. De cada uno de ellos tomó lo mejor y lo aplicó a su carrera musical que este año se cumplen 50 años.
Para celebrarlo, el músico sacó un disco en el que hizo un repaso de su repertorio, pero acompañado por grandes cantantes como Víctor Heredia, León Gieco, Eruca Sativa, Abel Pintos, Raly Barrionuevo, y muchos más.
Este viernes regresa a Rosario para brindar este concierto homenaje y el público tendrá la oportunidad de volverlo a ver en el Teatro El Círculo.
Previo a su show, Jairo dialogó con CLG acerca de sus 50 años con la música y muchas cosas más.
—50 años de carrea, toda una vida con la música…
—Son muchos años nunca pensé que iba a llegar a una cifra así. Cuando uno empieza en la música no se plantea tampoco llegar a una cifra, se ha dado así y estoy muy contento.
—Se da el gusto de compartir sus canciones con otros grandes en su disco
—Ha sido extraordinario compartir con los artistas las canciones que han marcado mi historia. Son dos volúmenes los que vamos a grabar, hemos editado el primero y ahora vamos por el segundo.
—Me llama la atención la combinación lo que hizo con «Eruca Sativa» y Abel Pintos, al interpretar «Milonga del trovador». Es un tema que invita a un público más joven a conocer su música.
—Es una gran canción, aparte compuesta por Astor Piazzolla y Horacio Ferrer, para mí es uno de los temas fundamentales de mi repertorio. Que «Eruca Sativa» y Abel Pintos hayan intervenido me pareció maravilloso, pusieron mucho cariño.
—Otra de las canciones que se escuchan en casa, es «Milagro en el bar Unión» y al escucharla se puede notar que tiene tintes cinematográficos. ¿Se la imaginó de esa manera?
—Parece un guión cinematográfico, transcurre como un cortometraje, es muy bonito y me gusta las imágenes que tiene esa canción. En esta versión se nota más, ya que al ponerle un ritmo más de blues permite más contar la historia.
—Lo notable de su música es que va variando de géneros, ya que pude transitar por el folclore y luego remitirse a algo más urbano.
—A mí lo que me gusta es cantar evidentemente (risas), a veces me meto en camisas de once varas y me meto por ahí en estilos que nunca he cantado. Cuando uno encara a hacer una versión de una canción conocida en un estilo que no es el propio, es complicado porque uno no puede hacer bien lo que emprende. Hay músicas que me salen mejor que otras, el folclore, por ejemplo, me sale con mucha facilidad porque he crecido con esa música de niño. El tango no tanto porque es más urbano, pero también me gusta mucho.
—La ha dedicado un trabajo completo al maestro Astor Piazzolla y supongo que ha aprendido mucho durante sus años de amistad.
—Astor ha sido un innovador, un creativo extraordinario; un revolucionario dentro de una música popular como lo es el tango y lo llevó a una expresión diferente. Es el compositor argentino más tocado en el mundo, es universal.
—Otro de los temas que me tocan de cerca de su repertorio es «El ferroviario», otra historia que tiene muchísima dignidad.
—Es básicamente una canción de protesta, está compuesta así porque tiene las mismas armonías que tenían esas canciones. En este disco tiene una dimensión diferente cantada a dúo por Raly Barrionuevo. Raly también tenía una historia extraordinaria con el ferrocarril, su mamá había trabajado en la parte administrativa de los ferrocarriles. La primera vez que él escuchó la canción y me contó que se emocionó mucho.
—¿Cómo es trabajar en familia? Uno de sus hijos lo acompaña en sus giras y además grabaron una canción hermosa junto al resto de sus hijos.
—Ellos están muy pendientes de todo lo que yo haga aunque no se dediquen a la música. El único que se dedica a eso es Yaco, mi segundo hijo y que vive aquí en Argentina. Con él trabajamos mucho porque es el productor habitual de mis discos y músico también. Para este trabajo hizo algo fabuloso junto a Lito Vitale. Y hacer una canción en familia, para dedicársela a su madre fue una idea de Yaco. Los hermanos viven afuera y grabaron con los medios que tenían, lo mandaron, Yaco lo ordenó y lo subió a las redes. Fue realmente un éxito inesperado ya que tiene más de 700 mil reproducciones.
—¿Tiene ganas de explorar algunos nuevos géneros?
—Estas cosas surgen de manera natural, no me pongo plazos ni planifico las cosas, siempre van surgiendo y está en mi forma de ser. No es que lo haga ahora por una cuestión cronológica, lo hago porque así lo siento. El próximo paso es grabar el segundo volumen con más canciones importantes.
—El arte del disco está hecho por usted, ya que una de sus otras facetas es la pintura.
Para mí la pintura y el dibujo se ha desarrollado en mi vida de manera paralela. Yo empecé a estudiar canto, técnica vocal a los 14 años y entré en una escuela de arte. Me he dedicado y pintado muchísimo, pero la música es mi profesión y de vez en cuando pinto. Para el disco hice el dibujo en donde muestro a mi en la actualidad y en mi juventud.