Julieta Silva, quien es juzgada por haber atropellado con su auto y matado a su novio, el rugbier Genaro Fortunato, a la salida de un local nocturno de San Rafael, quedó expuesta a recibir una pena de prisión perpetua, luego de que el tribunal aceptara el pedido de que sea acusada de «homicidio agravado por el vínculo».
La nueva carátula solicitada por la fiscalía tiene como base una serie de testimonios y pruebas, como los whatsapp que intercambiaban Silva y Fortunato, que apuntarían a una relación amorosa estable.
En una breve audiencia celebrada este martes en la ciudad del sur mendocino, los jueces Rodolfo Luque, Julio Bittar y María Eugenia Laigle hicieron lugar a lo que había planteado el fiscal de cámara Fernando Guzzo el viernes pasado, de incorporar la carátula de un homicidio agravado por el vínculo, delito con pena única de perpetua.
De acuerdo con la información difundida por el Diario Uno, el noviazgo de Silva y el joven que se desempañaba como jugador de Belgrano Rugby, de apenas unos tres meses, quedó probado por varios de los testigos que pasaron frente al tribunal.
De esa manera, el caso volvió a una etapa anterior en la que la fiscal de instrucción Andrea Rossi había acusado a Silva de homicidio agravado por el vínculo y alevosía, imputación que la Cámara de Apelaciones desestimó para ordenar dos acusaciones altenativas: homicidio simple con dolo eventual y homicidio culposo agravado por conducción antirreglamentaria.
No obstante, en la última parte del juicio oral los jueces consideraron que no correspondía al tribunal expedirse y sólo se le dio curso a lo solicitado por la fiscalía.
El hecho ocurrió en la madrugada del pasado 9 de septiembre a la salida de La Mona Bar, un lugar al que Silva, de 30 años, y Fortunato, de 25 , habían concurrido unas horas antes.
En esas circunstancias, al parecer, el joven intentó detener la salida intempestiva de su novia del lugar tras una discusión al colgarse de su auto, la mujer giró en «u», lo atropelló y lo mató en el acto.
Silva permaneció internada con custodia policial en el área de Salud Mental del hospital Schestakow hasta que el 12 de septiembre fue trasladada al penal de San Rafael.
La mujer alegó esa noche olvidó sus lentes y que no vio a su novio caído en el suelo antes de atropellarlo cuando regresaba para devolverle su celular, que había quedado en el auto.
Según una pericia oftalmológica Silva padece astigmatismo de -3 en ambos ojos, situación que la obligaba a conducir con lentes.
El 31 de octubre, la Primera Cámara del Crimen de San Rafael otorgó la prisión domiciliaria a la acusada.