"Se toma más mate y se come más galletitas para reemplazar alguna comida. Es una situación muy triste", alertó Oliveto, director de Consultora W
En medio de un nivel de pobreza que supera el 40%, los argentinos están comiendo «menores cantidades», advirtió el especialista en consumo Guillermo Oliveto; quien sostuvo que los productos de consumo masivo tuvieron este año una caída en ventas del 5% comparados con el mismo período del año pasado, pero en el caso de alimentos como harina, arroz, azúcar y tomate, la caída se duplicó, y fue del 10%.
«La gente come menos cantidad. Se toma más mate y se come más galletitas para reemplazar alguna comida. Es una situación muy triste. Se llega a fin de mes contando las monedas», graficó Oliveto, director de Consultora W.
«A la gente le cuesta un montón conseguir la plata y cuando la tiene, no vale nada y no le rinde», alertó el especialista. Y dijo que en muchos hogares «trabajan tres personas en una familia y llegan a fin de mes contando las monedas».
En declaraciones radiales, explicó que en la actualidad «se puede comer carne a principios de mes y después hay que recurrir a otra cosa porque ya no alcanza. Nos encontramos con estas cosas muy duras que se reflejan en los números».
El titular de la consultora W dijo, además, que este año se están «pagando las consecuencias de 2020». Estimó que los salarios y el poder adquisitivo de las familias se contrajeron el 11% en pesos el año pasado y más del 43% en dólares. Además sumó que la crisis «generó muchas pérdidas que, por más que haya una recuperación de la actividad económica, no necesariamente se vuelve al mismo lugar».
«Hoy lo que la gente está sintiendo es el empobrecimiento que se generó a partir de este proceso. La pandemia más la cuarentena fue como una guerra. Hoy estamos viviendo la posguerra y solo se ven cicatrices», señaló.
Por otro lado, señaló que la gente atraviesa un contexto de incertidumbre, por lo que «va al dólar y a los ladrillos». «Vos le preguntás a la gente hoy qué va a pasar y no tiene la menor idea. Los argentinos tienden a refugiarse en lo que históricamente les permitió preservar de alguna manera su patrimonio», indicó.
Alertó, además, que «suponer que esto ya terminó, quedó atrás y arrancamos como si nada hubiera sucedido, es subestimar los acontecimientos».
Pese a los precios congelados, la inflación de octubre fue del 3,5% y en un año acumula 52,1%, mientras los alimentos básicos en la Ciudad aumentaron el 3,8%. Una familia tipo necesitó más de $38.306 para no ser indigente y más de $72.601 para no ser pobre, sin considerar el pago del alquiler.