El Centro Barrial ubicado en Empalme Granero se conformó con la idea de darle pelea a la problemática de las drogas y actualmente asiste a 350 personas con capacitaciones y una olla popular
En el límite entre los barrios Empalme Granero e Industrial se sostiene el Centro Barrial Vientos de Libertad formado por el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MET). Esta institución desarrolla desde hace cuatro años diversas actividades en capacitaciones y forma parte de la red de Casas de Atención y Acompañamiento Comunitario (Caac), organizada por el Sedronar. El claro objetivo se centra en mejorar las condiciones educativas y sanitarias de la población de uno de los barrios donde la violencia y el narcotráfico se apoderó de las calles. CLG habló con Celestina Fernández, referente del centro barrial, que resumió el propósito del establecimiento: “Somos una rama que nos encargamos de pensar y reconstruir dispositivos que pueda atender a la educación y la salud en forma integral en los barrios populares”. Además del centro de calle Polichiso 1194 bis, también se desarrolla uno similar en barrio Triángulo y Moderno, en cercanías al Club 20 Amigos.
Celestina contó que la primera idea del Centro fue abordar la problemática del consumo o adicciones a las drogas y por eso están nucleados por los Caac. En Empalme Granero se asisten entre 50 y 80 personas, entre personas con problemas de adicción y sus familiares y en Triángulo y Moderno, que hace dos meses comenzó su proyecto, ya se ayuda a casi 20 personas.
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En Vientos de Libertad que se ubica en Empalme Graneros, que hace cuatro años intenta cambiar la realidad del barrio, también existen talleres y un comedor que entrega comida dos veces por semana a 350 personas. “Esa gente que está anotada en el comedor se termina integrando a las actividades”, aseguró Fernández.
“El comedor lo abrimos cuando empezó la pandemia porque tuvimos cerradas nuestras actividades, entonces empezamos a dar de comer para los jóvenes que iban a los talleres, lo primero que hicimos fue repartir viandas y ahí la demanda creció”, expresó Celestina y no perdió oportunidad para solicitar ayuda para completar las raciones semanales: “Nosotros siempre pedimos donaciones porque, si bien pagamos una cuota al Banco de Alimentos (BAR) y recibimos la mayoría de las veces son alimentos secos, siempre nos falta lo fresco, verdura, carne o lácteos. Eso hace que sea difícil pensar la variedad de elementos para una dieta nutritiva”. En este sentido reflexionó que “muchas veces completamos con el aporte mismo de los trabajadores”.
Un total de 30 trabajadores lleva adelante este proyecto en la zona noroeste de Rosario y entre las actividades que se desarrollan existen taller de peluquería y barbería, huerta comunitaria, carpintería mixta, planificación y pastelería, taller de manicura, boxeo mixto, apoyo escolar y alfabetización para adultos.
El Centro Barrial atiende chicos y grandes de Empalme Granero, Barrio Industrial y Arroyito y Celestina destacó el trabajo mancomunado entre otras organizaciones: “Acá hay muchas redes entre lo que tiene que ver lo estatal y las asociaciones de la comunidad, hay mucho encuentro y eso hace que se genere contención”. De todas formas, no pudo despegarse de la realidad y contempló que “es una zona poco urbanizada, donde la gente vive asinada y la falta de laburo preocupante, ni hablar de la presencia alarmante del narcotráfico y la violencia, es desesperante la cantidad de bunkers que hay en una manzana”.