Por Enrique Genovar
Ya no es ninguna novedad, lamentablemente para los hinchas de Central. Ya no sorprende y eso genera tristeza en los canallas. Este equipo está perdido y ese desconcierto se volvió a dar en su visita a Florencio Varela. El equipo del Kily González volvió a mostrar su peor cara y cayó por goleada. Un resultado justo porque el entrenador erró en todo lo que programó para encarar el partido y en las decisiones que tomó durante el mismo.
Central entró en una crisis futbolística. En un lugar oscuro y justo en una etapa del torneo que, en teoría, los problemas ya deberían estar resueltos o ¿será que no tienen solución?.
El equipo del Kily volvió a hacer todo mal. El cambio de sistema no dio ninguna mejora al frágil sistema defensivo que venía mostrando Central, todo lo contrario. La línea de tres no tuvo suficiente tiempo de trabajo y eso se vio evidenciado, no sólo porque a los diez minutos ya perdía 2-0 sino porque los defensores estaban más cerca de Broun jugaron en línea. Tampoco tuvo juego, para nada. Si bien tuvo ocasiones fue por jugadas aisladas, individuales, Central hizo todo mal ante un Defensa y Justicia que hizo lo que quiso ante la gran confusión que mostró el Canalla en todo el juego.
De arranque se vio que iba a ser otra tarde para el olvido. El rival a los tres minutos ya se puso en ventaja y desnudó todas las falencias de un esquema de juego que tuvo poco ensayo en la semana. Y ni hablar después del segundo; es que más allá de que tuvo chances para descontar todo era del local.
El Kily en el entretiempo cambió las formas y realizó dos variantes. Pero cometió un yerro de un entrenador que no le encontraba la vuelta: hizo debutar a Ulises Ciccioli El juvenil, de muy buena proyección, saltó al campo para jugar el segundo tiempo y la pasó mal. Claro que no fue culpa de él lo que sucedió, fue culpa del manotazo que tiró el técnico en un momento donde indicaba que no se hacen debutar a futbolistas.
El tercer gol del local liquidó el partido y a no ser por la mala puntería de los delanteros del Halcón, la cosa hubiese terminado mucho peor.
Central ingresó definitivamente en una crisis futbolística. El equipo está muy lejos de tener un funcionamiento y hasta ha perdido las ideas. Ya no le queda más nada por probar y eso también es preocupante. Ya ha utilizado a 35 jugadores, ha hecho debutar a 15 juveniles. Un proyecto que ya no se sostiene, porque si bien este ciclo fue para bajar costos que se habían ido por las nubes con Cocca a la cabeza, no hay proyecto que se sostenga sin resultados.