Opinión

Solidaridad y unidad


*Por Alberto Botto

La crítica situación económica afecta a amplios sectores de la sociedad y complica severamente el panorama social. Sin ánimo de ser apocalípticos ni pesimistas, está claro que la realidad no puede disfrazarse: una hiperinflación; el costo de vida que sigue subiendo; desempleo; incremento de la pobreza, sin contar el auge de la delincuencia, son algunos de los efectos de políticas económicas que no benefician a la sociedad argentina y que  favorecen solamente a un muy reducido grupo social.

Es por eso, por ejemplo, que han aumentado el número de chicos que acuden a los comedores populares y barriales y por eso también que la clase media se ve muy complicada a la hora de mantener su statu quo por la pérdida palpable del poder adquisitivo.

En este contexto, surgen personas y organizaciones que, conscientes de las necesidades de muchos argentinos, salen a ayudar en la medida de sus posibilidades para atenuar los efectos de una realidad sofocante. Desde el Sindicato de Luz y Fuerza de Rosario, hemos iniciado hace ya mucho tiempo una campaña solidaria permanente que se ha multiplicado en el último año. Pero no sería justo no informar, no decirle a la ciudadanía, que muchas personas y otras organizaciones se suman a la cruzada. Y esto marca un punto importante: la necesidad de unidad de acción cuando el contexto es complicado.

Solamente uniendo voluntades y trabajo podremos mitigar un poco la aflicción de tanta gente. Somos conscientes de que el problema de fondo no lo resuelve la acción de estos grupos solidarios, pero sabemos que con la acción altruista, más allá de la diversidad de creencias y pensamientos, estamos enviando mensajes a los sectores que tienen la responsabilidad de conducir los destinos de la sociedad. Y este mensaje es claro: por sobre los intereses personales y sectoriales, por sobre las ideas, está el destino de toda la sociedad. Y una sociedad que procure alcanzar una meta beneficiosa, no puede ser conducida por el rencor, por el odio, por el afán de división, por la mezquindad, o por el mero deseo de poder.

Estos son tiempos difíciles en donde la genuina solidaridad y la auténtica unidad de acción son indispensables para salvar a una sociedad que padece. El Sindicato de Luz y Fuerza y mucha gente que nos acompaña en esta acción, estamos comprometidos en ese camino sin que nos mueva ningún otro interés que el de colaborar con los que sufren, con los que están siendo injustamente excluidos.

*Secretario General del Sindicato de Luz y Fuerza de Rosario