El Concejo aprobó un proyecto de unas historiadoras y así este domingo quedará habilitada la traza en recuerdo a la niña que falleció en un accidente
El Concejo Municipal de Rosario, a través de la concejala Daniela León, aprobó el proyecto presentado por unas historiadoras de la ciudad para nombrar una calle con el nombre de Antonella Trivisonno, símbolo de la donación de órganos.
CLG dialogó con Silvia, madre de la niña de seis años que falleció en 1999 tras un accidente de tránsito, para conocer detalles de la inauguración que se llevará a cabo este domingo 31 de octubre desde las 9.30 en la ex calle 720 y Av. Luis Cándido Carballo.
«El corazón nos explota de emoción. La calle Antonella Trivisonno está incluida dentro de las 10 con nombre femenino que se propusieron en el Concejo por historiadoras, ya que la mayor parte de las calles de Rosario tienen nombre masculino», contó Silvia.
En el accidente, Antonella se trasladaba con su madre y sus tres hermanos. La niña fue la única que salió despedida del auto, quedó aplastada por el mismo y no pudo ser salvada. En aquel entonces, la familia decidió «donar sus órganos por cómo vivió ella y no por cómo murió», comentó su madre. Quien confesó que «el dolor de haber perdido una hija no se va. Pasaron 22 años y uno piensa que fue ayer. Pero hay tanto amor en lo que uno hace y recibe, que ese es el fin de la donación».
Para Silvia, «el nombramiento de la calle fue un regalo de la ciudad, porque a nosotros no se nos había ocurrido». Y sostuvo: «Esto nos llena el alma porque nos deja la tranquilidad que va a tener continuidad. Antonella va a seguir viva en el corazón de la gente que la necesita».
«En una ciudad que matan, tener una calle con el nombre de una persona que dio vida es todo un símbolo de la esperanza y la mirada de dónde tenemos que apuntar», expresó.
A su vez, contó cuál es la idea de la concentración que van a efectuar el día domingo en el Monumento previo a la inauguración de la calle. «La idea es mostrar que no estamos solos y lo podemos hacer en compañía. El valor de pedir ayuda y el valor de saber que nos ayudan. Ojalá otras familias puedan acompañarnos para entender que la donación de órganos nos enseñó una forma de vivir; y es la que tuvo Antonella».
«La medicina te cura, pero la donación de salva», concluyó.