CLG habló con el especialista en economía, quien marcó una inestabilidad debido al plan del gobierno empleado tras las Paso. "Un país que tiene una brecha del 100% con el oficial no puede funcionar", agregó
La economía argentina transita desde hace varios años una crisis e inestabilidad que afecta a todos los ciudadano. La suba de precios es una constante en este país que tiene su mirada sobre una moneda internacional como el dólar. Es por ello que hoy, los golpes al bolsillo dependen de la divisa estadounidense. A eso hay que sumarle que en Argentina existen diversas formas de nominalizar y cotizarlo: «dólar oficial», «dólar CCL», «dólar MEP» y por supuesto el «dólar blue», el cual se toma como referencia por las restricciones que existen sobre los otros. En este contexto, el gobierno busca frenar el alza en el mercado informal, impulsa un congelamiento de precios en los supermercados y almacenes, mientras piensa en las elecciones del 14 de noviembre. CLG habló con el periodista especializado en materia económica, Alejandro Bonalumi que hizo un análisis de la realidad del país e identificó al incremento del «dólar informal» como «previsible por la emisión de moneda sin respaldo».
«Cuando la expectativa es inflacionaria es la lógica que el dólar blue, que tomamos como referencia porque al otro no podemos acceder, comienza a subir», agregó y explicó que este incremento no significa que suba los insumos y productos, «sino que hace bajar el peso, que abunda y no tiene el respaldo necesario, y empieza a perder valor».
El especialista adelantó que el trabajo del gobierno es tratar de estabilizarlo, pero no auguró que baje del último piso que tocó de unos $196 por dólar en la informalidad.
Para Bonalumi «lo peor que le puede pasar al gobierno» es que siga incrementándose la brecha entre el oficial y el informal, que hoy está cerca del 100%. «El gobierno tiene que elegir si sigue inyectando pesos para que haya un espejismo de reactivación económica y en el mientras tanto tratar con otras herramientas controlar el dólar», deslizó.
Mirando al futuro, el periodista descartó una «devaluación brusca», sin embargo adelantó «una suba mensual al ritmo de la inflación» ya que afirmó que «un país que tiene una brecha del 100% no puede funcionar».
Una de las iniciativas que tomaron desde la Casa Rosada fue un fuerte congelamiento de precios, lo que Bonalumi explicó que «en la historia argentino nunca fueron buenas medidas», no obstante entendió que sirve para contrarrestar la especulación de los formadores de precios: «Con la expectativa (inflacionaria) que uno tiene, los formadores de precios se cubre y lo cargan en los precios, especulando con el tipo de cambio. El que produce no la quiere vender, para luego comercializarla a un precio mayor del costo de producción, o si la vende lo hace a un precio mayor para que las ganancias pasen a dólares, porque nadie quiere pesos».
En esta coyuntura, el especialista reflejó que «no es bueno congelar precios y que el dólar se empiece a mover», aunque volvió a reiterar que no se vendrá una «mega crisis».
En el medio de toda esta puja económica se ubica el consumidor final y Bonalumi fue claro al respecto: «Hay que anticipar gastos y no endeudarse. Hay un espiral inflacionario que ronda en el 3%, entonces adelante y ganarle a la inflación, son riesgos pero hay que evitar endeudarse».
Por último vaticinó que el dólar informal no volverá a costar $130 y exigió un «un plan económico, acercan posturas con el FMI, comienzan a ser dialoguistas e incentivan la exportación», sumado a las grandes cosechas de diciembre y marzo, podrán estabilizar una realidad argentina que «siempre mira una moneda que no se emite acá y ni se puede controlar».