La Universidad Nacional de Rosario es socia del Programa de Trabajo de Nairobi sobre cambio climático, junto a más de 400 especialistas del mundo
Los efectos negativos del cambio climático son cada vez más visibles. Desde el principio del siglo XX, la temperatura media de la Tierra aumentó 0,6ºC y el nivel del mar subió alrededor de 10 centímetros. Frente a esta realidad, los países tomaron medidas de mitigación centradas en las causas y la prevención y medidas de adaptación para actuar sobre los impactos que ya se produjeron y tratar de moderarlos o evitar los daños.
Algunas de las medidas de mitigación consisten en utilizar energías renovables, promover la eficiencia energética, fomentar del uso del transporte público, la planificación y gestión sostenible de los recursos y la captura de carbono. En cuanto a las de adaptación están las de construir infraestructuras más seguras, que sean capaces de soportar, por ejemplo, inundaciones; la reforestación de bosques, promover el cultivo variado, por si alguna cosecha en concreto se ve amenazada, investigar sobre la evolución de las temperaturas y precipitaciones y tener en cuenta medidas de prevención, como planes de evacuación.
Los especialistas coinciden en que las soluciones de mitigación tardarán décadas en contrarrestar el incremento de la temperatura, por lo que hoy hay que adaptarse al cambio que se está viviendo y que continuará afectando en el futuro inmediato. Esto significa alterar los comportamientos, practicas, sistemas y en algunos casos formas de vida, para proteger a las familias, la economía y el entorno.
Lo cierto es que muchos países en desarrollo son vulnerables a los impactos del cambio climático, debido a las limitaciones de recursos financieros, tecnológicos, institucionales y de recursos humanos. Con la intención de contribuir a la construcción de conocimiento para la adaptación al cambio climático y gestionar acciones políticas, la Universidad Nacional de Rosario se convirtió recientemente en socio del Programa de Trabajo de Nairobi junto a otros 400 especialistas del mundo, siendo el único de la región latinoamericana.
El Programa pertenece a la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático que reconoce la necesidad de adaptarse al cambio climático y ayudar a los países que tienen menos capacidad de hacerlo a través de compromisos financieros y transferencia de tecnología por parte de los países desarrollados.
El Acuerdo de París de la Convención, que es el principal instrumento internacional multilateral en la materia, tiene como propósito mantener el aumento de la temperatura media mundial por debajo de 2º C con respecto a los niveles preindustriales y realizar esfuerzos para limitar ese aumento a 1,5º C; así como aumentar la capacidad de adaptación.
La urgencia de la acción climática surge como resultado de las actuales emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, la insuficiente acción de adaptación y las brechas de apoyo a la luz de las recomendaciones de la ciencia climática. Cabe destacar que América Latina y el Caribe son responsables por un 8% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
El Delta del Paraná
En este contexto, la Universidad Nacional de Rosario lanza una Diplomatura en Gestión Política del Cambio Climático en América Latina y el Caribe. Esta nueva carrera abordará los niveles de análisis internacional, nacional y subnacional desde el origen del fenómeno y apunta a generar soluciones a partir de acciones concretas en el territorio. Se trata de una propuesta de posgrado de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales que se dictará a través del Campus Virtual de la UNR.
La Diplomatura cuenta con socios estratégicos para desarrollar sus actividades de formación y práctica política en el área: el Programa de Trabajo de Nairobi de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, la Embajada del Reino Unido en Argentina, Fundación Avina, ICLEI, Argentina 1.5ºC y Usina Social.
Según explicó la directora de la carrera María del Pilar Bueno, Magíster en Sistemas Ambientales Humanos e Investigadora Adjunta de Conicet, este trayecto de formación tiene nueve módulos más tradicionales sobre política climática y un taller en el que cada cohorte trabajará sobre un caso particular. Este primer año será sobre las islas del Delta del Paraná, una zona en constante fricción entre actores por los usos de la tierra, por las actividades productivas, inmobiliarias y turísticas. Se trata de un espacio social, económica y políticamente en disputa, atravesado por los impactos ambientales de las actividades desarrolladas y los efectos adversos del cambio climático.
“Se trabajará en cuatro grupos: investigación, adaptación, financiamiento y género, que abordarán el tema desde esas perspectivas para buscar soluciones específicas que puedan aportar a las autoridades locales y a los foros internacionales”, describió Bueno.
La investigadora expresó que el programa de Trabajo de Nairobi será socio en el grupo de adaptación y que habrá alumnos que formarán parte del mismo. Estos tendrán que elaborar un proyecto acerca de las brechas de conocimiento de adaptación en el Delta, particularmente concentrada en los usos de la tierra, la agricultura, la ganadería y el turismo.
“La posibilidad de esta actividad va a redundar en un conjunto de productos concretos, no solo diagnósticos sino también opciones de políticas que se puedan llevar adelante con las características de nuestro país y los elementos contextuales”, afirmó. Para la especialista, la diplomatura y la colaboración es un ejemplo de cómo se puede generar conocimiento para la acción política en una zona convulsionada como es el Delta del Paraná. “La adaptación al cambio climático es una oportunidad de ver las condiciones actuales de este espacio en disputa y poder brindar soluciones adicionales en cuanto a las tensiones concretas del uso de la tierra y de la actividad turística”.
Más información: diplomaturacambioclimatico@fcpolit.unr.edu.ar.