Espectáculos

Charly García, el músico: un Mozart de nuestro tiempo


El hombre que este sábado cumple 70 años no ha dejado nunca su arte librado a la espontaneidad

Por Hernani Natale – Télam

Más allá de jactarse de tener oído absoluto y de remarcar que fue un prodigio precoz como pianista, el genio musical de Charly García reside en otras virtudes mucho más relevantes relacionadas con su «voz propia» como artista, a partir de su capacidad para captar diversas sonoridades prexistentes y reformularlas desde una brillante óptica personal que aporta nuevos caminos.

En tal sentido, el hombre que este sábado cumple 70 años no ha dejado nunca su arte librado a la espontaneidad, en contraposición a la primera impresión que pudiera tenerse de su música, sino que ha reelaborado permanentemente sus propias creaciones en su búsqueda de correr los límites de lo conocido.

Detrás del aparente caos en el que muchas veces pareció estar inmersa su música y de los destellos de genialidad hay un artista con profundos conocimientos académicos, que nunca se queda con su primera inspiración y que siempre busca darle una vuelta de tuerca más a sus creaciones.

«Charly siempre me pareció un genio, no solo por lo musical sino también por captar distintas etapas, pero cuando me encontré con él, resultó ser más de lo que creía. Yo pensaba que el tipo era muy espontáneo, pero no, labura mucho las cosas, las escribe y luego las reelabora, las repiensa», contó a Télam Patricio Villarejo, el músico que hizo los arreglos de cuerdas para su recordada actuación de 2013 en el Teatro Colón.

El violoncelista, que está al frente de la Kashmir Orquesta, acompañó a artistas de la talla de Osvaldo Pugliese y Mercedes Sosa, y fue uno de los invitados de Patti Smith en su actuación en el CCK en marzo de 2018, entre otras cosas; conocía al dedillo la obra de Charly por ser su fan desde la época de Sui Generis, sin embargo fue invadido por el asombro cuando tuvo la oportunidad de trabajar con él.

«Yo pensaba que por el hecho de estar tocando tantos años música que tal vez no se escribe, no se grafica como lo hacemos nosotros, el tipo había perdido el entrenamiento de hacer cosas de otra manera, pero me di cuenta de que estaba muy preparado, tenía fresquísimos sus conocimientos», relató.

Y acotó: «Lo primero que me llamó la atención fue su creatividad indomable. De todos los que conocí, indudablemente es el más creativo y el más asombroso en ese sentido».

Charly y Villarejo habían tenido un primer encuentro esporádico cuando el cellista integraba la banda que acompañaba a Mercedes Sosa, pero en aquella oportunidad no hubo posibilidad de una profundización en la relación musical.

«Cuando nos encontramos para lo del Colón, él se acordaba que me había visto con Mercedes porque tiene una memoria increíble, pero no sabía qué música hacía. Como me veía con el cello habrá pensado que era un músico clásico, pero nos pusimos a tocar música de The Beatles y eso nos unió», rememoró, sobre el instante en el que finalmente congeniaron.

Pero los amplios conocimientos académicos de Charly resultaron una revelación para Villarejo cuando pocos días después le llevó escrito en partituras los arreglos que había diseñado y el genial artista se puso a repasarlos sin titubeos en su piano.

«Cuando voy al ensayo y saco las partituras, me dijo: `Ah, por fin alguien me da una partitura, se dan cuenta que puedo leer´. La partitura estaba escrita para varios instrumentos en diferentes claves, y él se puso a tocar todo, incluso aquellas partes escritas en claves que no se usan en el piano. Era sorprendente que pudiera hacer eso», detalló.

El nivel de asombro fue in crescendo cuando el cellista comprobó que Charly reelaboraba todo el tiempo lo que tocaban y que esos cambios que iba incorporando en cada pasada que hacían de una composición «eran los necesarios para que el tema despegara».

«Lo que vi fue que las repeticiones que hace no son iguales, va cambiando constantemente alguna cosa. De esa experiencia aprendí a no quedarme con la primera imagen, sino que hay que ir a otra», explicó Villarejo.

Si bien es cierto que el astro del rock argentino tuvo un precoz paso por el conservatorio y que antes de entrar en plena adolescencia ya se había recibido de profesor de piano, algo que él mismo suele sacar a relucir –como si allí se encontrara la explicación de su genio musical-, en realidad fue el desarrollo de un estilo propio el que marcó la diferencia con otros músicos.

El testimonio de algunos de sus excompañeros del ámbito académico en el libro «Esta noche toca Charly», del periodista Roque Di Pietro, advierten que el recorrido artístico del músico hubiera transitado por lugares comunes si se hubiera dedicado a ser un concertista, derribando así uno de los grandes mitos en torno a sus capacidades interpretativas.

En tal sentido, Villarejo coincide en que, al igual que otros geniales artistas como el caso de Egberto Gismonti o Astor Piazzolla, Charly descolló sobre el resto «cuando encontró su propia voz, cuando rompió los moldes».

«Todos estos artistas podrían haber sido instrumentistas no tan destacados, buenos pero con mucha gente que seguramente podría tocar mucho mejor, pero cuando rompieron moldes y encontraron su propia voz, ahí es donde apareció el genio, esa cosa de que la música se modifica a partir de ellos. Son todos casos en donde si mirás para atrás no eran tan destacados, sino que lo fueron cuando encontraron su propio camino», consideró.

En esa capacidad de tomar lo establecido y correr los límites es en donde Villarejo encontró similitudes conceptuales entre Charly y Mozart.

«Creo que tienen razón quienes comparan a ambos artistas porque son tipos que se adaptaron a la época pero hicieron genialidades. Mozart estaba limitadísimo por el estilo, tenía que respetar eso, sin embargo cuando lo analizás, es como un chico travieso, tiene todo tipo de arreglos, mejoras y modificaciones que pasan desapercibidas pero es eso lo que lo hace tan genial», explicó.

«Charly también tiene eso, porque hace rock pero cuando lo escuchás, decís: `Pará, acá hay otra cosa. ¿Qué es eso que hace en el medio?´. Ahí empezás a ver que hay trucos que nadie los puede captar si no está estudiando eso. O sea, en lo académico no se parece a Mozart, pero sí en el sentido de que agarra la música actual y dentro de eso, hace algo increíble», concluyó.