El referí se dio por despedido en 2013 porque no le asignaron "tareas livianas" ni registraron la relación laboral
La Cámara Laboral confirmó una condena contra la AFA por las lesiones lumbares que sufrió un árbitro por los “entrenamientos muy intensos” a los que se vio sometido para desempeñar sus tareas.
“No puede desconocerse que la actividad desarrollada por el trabajador implicó estar sometido a pruebas físicas y entrenamientos muy intensos donde debía realizar trabajos de resistencia, correr de distintas formas, dar saltos, desplazamientos en varias direcciones o elongaciones”, reconoció el fallo.
Esos ejercicios “es indudable que actuaron eficazmente como factores desencadenantes del resultado” lesivo para la salud del árbitro Juan Manuel Soravito, quien se desempeñó entre 2009 y 2013 en divisiones inferiores y las categorías Primera C y D.
En su demanda, además, Soravito explicó que “desde el inicio del vínculo laboral, por imposición de la demandada, se desempeñó en condiciones que tipificaban una situación de fraude laboral mediante la utilización de contratos de ‘locación de servicios’».
“Su remuneración –añade el fallo- era variada, de acuerdo con la cantidad de encuentros arbitrados, promediando la suma de $ 4.715 mensuales, a lo que debían sumarse los viáticos, cuyo promedio no era inferior a $535 mensuales”.
Bajo esa situación laboral, “fines de marzo de 2013 comenzó a padecer molestias en la zona lumbar que le imposibilitaban cumplir sus tareas. Se le indicó que el trabajo arbitral incidía negativamente en su afección, sobre todo el correr sobre superficies generalmente duras, y el saltar”.
Cuando regresó al trabajo, por indicación médica, requirió “el otorgamiento de tareas livianas; de la que no obtuvo respuesta positiva de parte de la AFA”.
Finalmente, tras reclamar “la correcta registración del vínculo de trabajo y frente a la negativa de la AFA, se dio por despedido el 24 de junio de 2013”.
En la actualidad, padece secuelas de las lesiones y los médicos le prohibieron “realizar todo tipo de esfuerzos y correr”.
El juzgado laboral de primera instancia número 19 y, ahora, la Sala Quinta de la Cámara, con las firmas de los jueces Beatriz Fredman y Gabriel De Vedia, admitieron la demanda.