Se trata de un estudio integral de los sistemas de pensiones a nivel mundial que compara los sistemas de protección en 43 países. Islandia, Holanda y Dinamarca fueron los mejores posicionados
El sistema jubilatorio argentino quedó casi en el último lugar de un índice de pensiones que comparó los sistemas de protección en 43 países.
La Argentina quedó ubicada 42, mientras que Islandia, Holanda y Dinamarca encabezaron el ranking, con los mejores sistemas jubilatorios, de acuerdo con el indicador elaborado por la consultora Mercer y patrocinado por CFA Institute, la asociación mundial de profesionales de la inversión.
El Índice Global de Pensiones ratificó la necesidad de reformar los sistemas de pensiones para «reducir la brecha de género» en los ingresos por jubilación.
Las causas de la brecha de género en las pensiones son variadas, ya que todos los sistemas presentan deficiencias.
Chile se ubica en la posición 16, Uruguay en la 20; Colombia en la 25; Brasil la 30 y México la 37.
El estudio también revela que «los sistemas de pensiones pueden contribuir en gran medida a reducir la brecha de género en las pensiones, un problema inherente a todos los sistemas».
El ranking surge de un estudio integral de los sistemas de pensiones a nivel global, que abarca dos tercios (65%) de la población mundial.
Compara los sistemas previsionales de todo el mundo, resalta algunas de sus deficiencias y sugiere posibles áreas de reforma que permitirían ofrecer beneficios de jubilación más adecuados y sostenibles.
Los tres sistemas que encabezan la lista, todos ellos con calificación A, se caracterizan por ser «sostenibles y estar bien administrados, y por ofrecer sólidos beneficios a los individuos», indicó el reporte.
La presidenta y CEO del CFA Institute, Margaret Franklin, señaló que la pandemia «ha exacerbado las desigualdades socioeconómicas en numerosas partes del mundo».
«Para agravar la situación, la brecha de género en las pensiones plantea retos adicionales y urgentes, ya que las mujeres deben afrontar sus años de jubilación con menos beneficios», señaló.
Dijo que «la promesa de una jubilación segura depende de que los responsables políticos y las partes interesadas del sector tomen medidas colectivas para analizar las fortalezas y debilidades de los sistemas de pensiones, con el objetivo de ofrecer mayores beneficios de jubilación a todos los individuos».
David Knox, socio senior de Mercer y principal autor del estudio, advirtió que los gobiernos «han respondido al COVID-19 con niveles significativos de estímulo económico, lo que ha aumentado la deuda pública y reducido la posibilidad de que los gobiernos puedan mantener a su población de edad avanzada en el futuro».
«Los sistemas previsionales de todo el mundo se inclinan cada vez más por planes de acumulación, en lugar de planes tradicionales de beneficios definidos», cuestionó.
Consideró que «no es el momento de frenar la reforma de las pensiones, sino de acelerarla. Los individuos deben hacerse cada vez más responsables de sus propios ingresos de jubilación, y necesitan una fuerte regulación y gobernanza para recibir apoyo y protección».
Recomendó eliminar las restricciones de elegibilidad para que los individuos puedan afiliarse a los sistemas de pensiones relacionados con el empleo.
«Independientemente del salario, las horas de trabajo o la antigüedad, toda persona debe tener la posibilidad de participar en un plan de pensiones que le brinde beneficios adecuados», señaló.
Recomendaciones para la Argentina.
El informe indicó que la Argentina podría mejorar su sistema previsional mediante las siguientes acciones:
– Incrementar la cobertura de los empleados en planes de pensiones profesionales a través de la afiliación o inscripción automática, lo que aumentaría el nivel de contribuciones y activos.
– Introducir un nivel mínimo de contribuciones obligatorias a un fondo de ahorro para la jubilación.
– Introducir una edad mínima para acceder a los beneficios de los planes de pensiones privados.
– Mejorar los requisitos reglamentarios para el sistema privado de pensiones.
En la Argentina, las mujeres «tienen desafíos financieros que aún no han sido adecuadamente resueltos. Las desigualdades en el mercado de trabajo se trasladan al ámbito de la seguridad social como desigualdad de cobertura contributiva», dijo Clara Estevarena, directora de Wealth de Mercer de Argentina, Bolivia, Uruguay y Paraguay.
Mencionó factores que inciden negativamente en la capacidad de las mujeres de consolidar derechos previsionales, como «el menor nivel de participación femenina en la fuerza de trabajo con respecto a la masculina, las considerables diferencias de remuneración entre los géneros, la mayor probabilidad de una carrera más breve o con interrupciones, y la presencia excesiva de mujeres en el trabajo informal y vulnerable».
«Estos factores hacen que para las mujeres sea más difícil cumplir con el requisito mínimo de cantidad de aportes. Y, cuando los cumplen, hacen que su haber previsional sea de un importe significativamente menor», advirtió la experta de Mercer.