Desde las 20.30 el seleccionado albiceleste enfrenta a Uruguay y miles de simpatizantes estarán apoyando al elenco de Lionel Messi
La zona del estadio Monumental se tiñó este domingo de celeste y blanco desde temprano por los hinchas argentinos que se acercaron horas antes de la apertura de las puertas y con la expectativa de ver a Lionel Messi frente a Uruguay.
La intersección de Avenida Libertador y Udaondo pareció un hormiguero y los lugares de comida se vieron desbordados, como sucedía antes de la pandemia. Encontrar un lugar para bajarse resultó una verdadera hazaña para los fanáticos.
Ya una vez pasado el túnel de Libertador, a 20 cuadras del estadio en el que Argentina recibirá desde las 20.30 a Uruguay, por la postergada quina fecha de las Eliminatorias Sudamericanas, las camisetas con el nombre de Messi en la espalda se pasearon por uno de los barrios más adinerados de la Ciudad de Buenos Aires.
«Ver a Messi es una locura, estuvimos 120 minutos para sacar la entrada por la web», reconoció Francisco, que bajó de su auto en la calle 11 de Septiembre. Con él se presentaron Ramiro, Julieta y Santino, otros amigos que irán a la platea Belgrano.
«Vinimos con Bolivia aunque no conseguimos entradas para el partido con Perú. Nos encanta ver a la selección y volver a la cancha», contó Julieta.
El grupo de amigos se fue para una casa de comida rápida en una de las esquinas emblemáticas de Núñez y allí los esperaron cientos de hinchas, en la misma sintonía.
Las canciones sonaron en la terraza de este lugar, se notó la conexión e ilusión de la gente con el equipo de Lionel Scaloni, al punto que los tickets se agotaron en menos de tres horas.
«Que de la mano de Leo Messi, todos la vuelta vamos a dar…», se oyó a unas cuadras. Los cantores resultaron unos 50 cordobeses, recién llegados a las 16 y pasaron gritando por Obras Sanitarias. Todos con entrada en mano, retiradas ayer por el organizador, Emiliano.
«Yo amo a Messi pero me muero de ganas de ver al Dibu (Emiliano) Martínez», confesó el simpatizante de Belgrano de Córdoba.
Esteban, amigo y socio de conducción de una de las combis que salieron el viernes de Córdoba Capital, se diferenció rápido: «Allá somos todos de Talleres, eh», bromeó.
Pero a los metros se fundieron en un abrazo, unido por el amor a la selección y con el Monumental y la ilusión en el horizonte, de que la victoria acerque el sueño de ver a Messi en Qatar 2022.