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Simeone: «Escucho mucho a los jugadores, pero después decido yo»


"Puedo ser mal entrenador, pero tonto seguro que no y busco el camino que me lleva más rápido", expresó el entrenador del Atlético Madrid

El entrenador del Atlético de Madrid, el argentino Diego «Cholo» Simeone, confesó que «escucha mucho» a los jugadores antes de tomar sus decisiones.

«Escucho mucho a los jugadores y eso no significa debilidad para nada. Me abro siempre para escuchar sus necesidades, para escuchar lo que ven, pero después decido yo. Si tengo algo es que tonto no soy. Puedo ser mal entrenador, pero tonto seguro que no y busco el camino que me lleva más rápido» subrayó Simeone en una charla con el exentrenador del seleccionado español Vicente Del Bosque.

Según reprodujo el diario Mundo Deportivo, el entrenador «colchonero» se refirió también Marcelo Bielsa, DT del Leeds United de Inglaterra, y dijo: «Bielsa, que era muy estructurado, que tenía muy mecanizados los movimientos, comentaba que su máximo orgullo era que el jugador entrara al campo e hiciera algo que decidiera por sí mismo. La mecanización te genera un estímulo de repetir cosas y ahí es donde tiene que aparecer el otro ‘vos’ y añadirlo a lo que dicen los entrenadores».

Simeone comento también que «en el fútbol de hoy ya no se gambetea más. Hoy es todo posicional, hago superioridad numérica por acá, por allá. ¿Y el talento? ¿Y lo individual? ¿Y la gambeta? ¿Y el eludir? ¿Y el sacarse un hombre de encima que rompe toda la estructura? ¿Quién lo tiene? (Thomas) Lemar, João (Felix) o (Ángel) Correa; muy pocos», dijo al referirse a jugadores de su actual plantel.

Consultado sobre sus hijos Giovanni, Gianluca y Giuliano, el entrenador argentino destacó «Cada uno tiene su personalidad. Los tres son fantásticos chicos. Muy nobles. Los que han trabajado con ellos lo primero que me hablan es de ellos como persona y eso me llena de orgullo».

«Nosotros, como entrenadores, no somos padres para los futbolistas, pero sí conductores. No valen las palabras. Lo que quedan son los gestos, las miradas, las formas y, sobre todo, los actos. No hay mejor manera de demostrar afecto o enojo», concluyó.