"Necesitamos nuevas herramientas que nos permitan evitar, en lugar de gestionar después, las graves consecuencias de una migración", indicaron en un comunicado
Una docena de estados miembro de la Unión Europea (UE) solicitaron hoy fondos para costear la construcción de «barreras físicas» en la frontera exterior del bloque continental, con el objetivo de frenar la entrada irregular de migrantes y combatir la «instrumentalización» que terceros países puedan hacer de la presión migratoria.
«Necesitamos nuevas herramientas que nos permitan evitar, en lugar de gestionar después, las graves consecuencias de una migración y sistemas de asilo sobrecargados y de una capacidad de acogida agotada», señalaron los ministros de Interior de los países firmantes, informó la agencia de noticias Europa Press.
La declaración está rubricada por los ministros de Interior de Austria, Bulgaria, Chipre, República Checa, Dinamarca, Estonia, Grecia, Hungría, Lituania, Letonia, Polonia y Eslovenia; y fue presentada al resto de socios durante el Consejo de ministros europeos en Luxemburgo.
El documento se hizo circular horas antes de que los ministros iniciaran hoy la reunión para abordar distintos asuntos, entre ellos un balance de los pocos avances logrados en la negociación para reformar la política de migración y asilo común.
La agenda también contemplaba la preocupación por la «instrumentalización» que países como Bielorrusia hacen de la migración para presionar a los Veintisiete.
«Ningún país tercero debería poder hacer uso de nuestro sistema de asilo con el propósito de presionar políticamente y chantajear a la UE y a sus Estados miembros o de explotar la situación actual en Afganistán», señala la carta.
En ese marco, el documento pide reforzar la resistencia al «abuso» de la política de asilo y defiende que para garantizar la seguridad dentro de la UE es necesario controlar más el paso exterior.
Los países que promueven el escrito reivindican además la necesidad de rediseñar el marco legal europeo para «adaptarlo a la nueva realidad», que definen como «intentos de instrumentalizar la migración ilegal con fines políticos u otras amenazas híbridas».
Si bien el documento no alude a ningún país en concreto, la UE viene denunciando reiteradamente los intentos «desesperados» del Gobierno bielorruso de Alexandr Lukashenko por «debilitar» a la UE permitiendo el paso irregular de miles de migrantes a territorio europeo.
La Comisión Europea, además, apercibió este año a Marruecos tras la crisis en Ceuta y medió en varias ocasiones con Turquía por permitir el paso ilegal hacia Grecia, si bien Bruselas prefiere diferenciar estos casos de los de Bielorrusia y defiende el diálogo con Rabat y Ankara.
En opinión de los ministros firmantes de la declaración dirigida al Ejecutivo comunitario y al Consejo, la construcción de muros con fondos europeos sería una medida «legítima» para proteger la frontera exterior por lo que debería estar «financiada de manera adecuada» con recursos «adicionales» a cargo de las arcas comunitarias.