Por su parte, la oposición, afirmó que la votación fue un "manotazo de ahogado para revertir lo del 12 de septiembre"
La primera sesión del Senado con presencialidad total desde marzo de 2020 estuvo marcada por la discusión entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio en torno a la Cuenta de Inversión 2016, es decir, la ejecución presupuestaria del primer año de gestión del ex presidente Mauricio Macri, que fue rechazada por el oficialismo.
El bloque oficialista impuso su mayoría para aprobar con 40 votos el dictamen de rechazo al informe de la ejecución presupuestaria de 2016 realizado por la Auditoría General de la Nación (AGN), contra 19 votos de la bancada opositora a favor de la cuenta de inversión. De esta manera, el Senado rechazó la rendición de cuentas del primer año de gestión de Macri y el oficialismo anticipó su idea de quitarle el aval parlamentario a la cuenta de inversión de todos los años en que gobernó Juntos por el Cambio.
Si bien el tema involucra aspectos económicos, el debate se centró en consideraciones políticas: mientras el oficialismo acusó a la gestión de Macri de haber violado «la Constitución y la Ley de Administración Financiera», la oposición afirmó que la votación fue un «manotazo de ahogado para revertir lo del 12 de septiembre», en referencia a la derrota electoral del Gobierno.
El primero en fundamentar la postura del Frente de Todos fue el chubutense Mario Pais, quien señaló que en 2016, «por DNU y por decisiones administrativas del jefe de Gabinete de ministros, se alteró sustancialmente el programa político y económico, en detrimento de las potestades del Congreso, incrementando la deuda pública y disminuyendo los recursos del Estado».
Entre otros puntos, Pais subrayó que la gestión de Macri en ese año generó un «aumento del déficit financiero» que «ascendió a 471 mil millones de pesos», lo que significó «un incremento del 115% nominal y 52% real respecto de 2015».
El jefe del bloque del Frente de Todos, José Mayans, sostuvo a su turno que «Macri en 2016 lo echa a (el entonces ministro de Economía Alfonso) Prat Gay, como resultado de la gestión de ese año» y señaló que la de 2016 es «una cuenta de inversión que ha violado sistemáticamente la Ley de Administración Financiera».
Mayans anticipó además la postura del oficialismo frente a las próximas cuentas de inversión que deberán tratarse a medida que la AGN envíe sus informes, al afirmar que «la cuenta de 2017 es peor, la del 18 es joda y la del 19 es farra total».
«El Poder Ejecutivo de Macri violó la Constitución, la ley de administración financiera y el Presupuesto, y los aumentos de gastos sin pasar por el Congreso y el endeudamiento feroz y brutal son motivos de sobra para rechazar la Cuenta de Inversión 2016», señaló a su turno el porteño Mariano Recalde (Frente de Todos).
Uno de los más duros, sin embargo, fue el neuquino Oscar Parrilli, quien sostuvo que «esta cuenta de inversión tiene que ser rechazada por el Congreso no solo porque violentaron todas las normas contables y administrativas, sino también porque se llevaron puesta la Constitución».
Por el lado de Juntos por el Cambio, la cordobesa Laura Rodríguez Machado salió al cruce de sus pares del oficialismo al señalar que «el voto de hoy es un manotazo de ahogado para revertir lo del 12 de septiembre y no lo van a poder revertir».
«Nosotros vamos a aprobar la cuenta de inversión como lo hizo el organismo técnico. Lo que hacen ustedes es una sanción política, deberían utilizar esta sesión para ocuparse de los temas que les preocupan a la gente», agregó.
Por su parte, la tucumana Silvia Elías de Pérez criticó al oficialismo porque «rechaza la cuenta de inversión de 2016 de un gobierno que hace 2 años ha terminado su mandato» mientras tiene «los peores índices económicos desde que comenzó la época democrática».
Y cerró: «Ahora este Congreso decide que hay que rechazar la cuenta de inversión. Y objetan la cantidad de reformas por DNU que se le hicieron al Presupuesto 2016. Pero no las objetaron en su momento, aún teniendo mayorías y tampoco fueron a la justicia».