Por Enrique Genovar
Por Enrique Genovar
El fútbol volverá a ser fútbol. El Gigante, ese templo sagrado, tendrá después de 581 días a sus verdaderos dueños: los hinchas de Central. Pero el regreso del público significará que arranca un nuevo torneo. ¿Cómo? Para los jugadores, para el técnico y para los directivos comenzará una nueva etapa.
La exigencia a partir de este encuentro ante Argentinos comenzará a ser diferente. Los canallas querrán encontrar en cancha un equipo que los represente; en varias oportunidades este Central del Kily lo ha logrado y en otras no. Por esto es que los hinchas auriazules exigirán que lo que vean en el césped sea de su agrado ya sea desde el resultado y/o desde el desempeño.
El sueño del Kily siempre fue dirigir con los hinchas en los cuatro lados y el entrenador lo alcanzará. Claro que también será exigido y habrá que ver si como entrenador está a la altura de tener a miles de ojos sobre sus espaldas. Como jugador nunca le pesó ninguna responsabilidad y es más, siempre se agrandó con la exigencia de los hinchas. Ahora todo es diferente, pero nadie duda de que será uno de los que tengan un día especial en la vuelta del público a las gradas.
Varios jugadores, algunos un poco resistidos, también serán evaluados por el paladar de los simpatizantes auriazules; otros ya consagrados serán adorados por el público. Más allá de las particularidades del caso, todos los futbolistas vivirán también una jornada que quedará en el recuerdo.
Por último, los que también vivirán un día especial son los directivos. Claro que tienen el riesgo de la reacción de los socios si la cosa no anda bien ante el Bicho de La Paternal. La gran mayoría de los que estén en el Gigante votaron esta conducción, pero en el último tiempo (principalmente por la falta de refuerzos en el último mercado de pases) recibieron más críticas que halagos. Por este motivo será una incógnita cómo será la reacción de los hinchas hacia el palco si el equipo no cumple la expectativa.