El grupo de vecinos de las islas del Paraná proponen darle juegos a más de 30 estudiantes de la institución Nº 45, Martín Jacobo Thompson, de La Invernada
Una donación de una empresa rosarina a una escuela de las islas entrerrianas encendió una iniciativa solidaria de un grupo de vecinos también parte del humedal del Paraná. La Vecinal El Embudo presentó «Hacete cómplice de una sonrisa», una campaña para recaudar fondos y poder llevarle juegos tipo plaza a los chicos de la escuela Nº 45, Martín Jacobo Thompson, de la Isla La Invernada. «El juego es algo importante y si bien es cierto que los niños isleños se divierten en contacto con la naturaleza les encanta tener juegos de plaza como los chicos de la ciudad», señaló la secretaria de la vecinal, María Laura Sabatier, ante CLG.
Todo comienza con la donación de juegos por parte de un fábrica rosarina a la escuela de El Espinillo Marcos Sastre, a partir de eso los vecinos de El Embudo pusieron manos a la obra y comenzaron con esta campaña para la escuela que congrega a 31 alumnos en los tres niveles básicos, preescolar, primaria y secundaria. «Apuntamos a abarcar con los juegos a todas las edades», afirmó Sabatier.
La Vecinal ofreció una cuenta bancaria y un CBU para poder donar, quienes lo hagan sólo se les solicita completar «escuela» en la referencia de la transferencia.
«La colecta está abierta hasta llegar al monto que necesitamos, que es de 300 mil pesos», manifestó María Laura e indicó que todo lo recaudado será compartido en redes sociales: «Nosotros vamos a publicar en nuestro Facebook el listado de todas las donaciones y vamos a publicar el costo de los juegos».
La escuela, además de los más de 30 estudiantes, está sostenida por la directora Miriam Duré, una maestra para los niveles iniciales y un profesor para los secundarios, además de Rosa, la encargada del comedor que ofrece la institución.
El proyecto de vecinal se inició hace ya tres años. Sabatier contó que intentaron tener el reconocimiento como vecinal en Victoria, Entre Ríos, y no pudieron lograrlo porque no había integrantes con domicilios permanentes en la isla, a pesar de que había muchos con casas propias allí y hasta isleños. «De igual forma, estamos tramitando ser una asociación civil, nos hubiera gustado ser vecinal porque es de verdad lo que somos», aclaró la secretaria de la comisión directiva.