Así lo aseguró a CLG el vicepresidente de Cáritas Rosario, el padre Fabián Montes, quien analizó con preocupación los números oficiales difundidos por el Indec
El Indec dio a conocer en las últimas horas las cifras oficiales del índice de pobreza, el cual a nivel nacional se fijó en el 40,6% en el primer semestre del año, mientras que en el Gran Rosario fue de 39,4%, lo que perpetuó una baja del 2,5 en torno al mismo periodo del 2020. Los elevados números reflejan crudamente la dura realidad que atraviesa el país desde hace varios años, sumido en una crisis económica que se vio acrecentada por la pandemia. En ese sentido, CLG dialogó con el padre Fabián Montes, vicepresidente de Cáritas Rosario, quien aseguró que «para revertir esta situación hay que generar condiciones que produzcan trabajo y de calidad».
En primer lugar, el referente de la institución local se refirió a la baja de la pobreza en comparación con septiembre del 2020: «Esto es como si tuviéramos 42 grados de fiebre y ahora bajó a 40, la fiebre sigue estando. La buena noticia es que no subió, pero la mala es que no baja notoriamente. Esto pone en números objetivos lo que nosotros vemos subjetivamente todos los días con la gente que se acerca a pedir ayuda o con las tareas que realizamos hace tanto. Que haya una meseta en la pobreza no es una buena noticia, necesitamos que baje».
Además, Montes aseguró que «la pobreza va al ritmo de la economía». Y añadió: «Cuando se cierran las cosas sube la demanda alimentaria, y cuando se abre baja un poquito porque hay gente que puede volver a sus changas o laburos, pero cuesta recuperarse. Estamos en una situación difícil».
Con respecto a la ayuda alimentaria que brindan desde Cáritas, expresó: «El último semestre vemos que subió un poco la demanda y la ayuda, y esto responde a un problema recurrente nuestro que es la inflación, la cual perjudica permanentemente a los más humildes. Los alimentos suben más que el resto de los productos y son cosas de las que no se pueden prescindir».
En ese sentido, destacó el apoyo estatal a los sectores más vulnerables: «La ayuda alimentaria, el IFE y los planes sociales son medidas que ayudan un montón. La cuestión alimentaria básica está mínimamente cubierta, aunque va subiendo y bajando».
Sin embargo, remarcó la falta de trabajo: «Lo que falta es promover y acentuar políticas que generen empleo de cualquier tipo. De la pobreza no podemos salir de otra manera que no sea trabajando. Lo que ocurre es que para revertir toda esta situación hay que generar condiciones que produzcan trabajo y de calidad».
«Bajo la línea de pobreza hay personas con trabajo formal, porque el límite es de casi 75.000 pesos y no todos ganas esa suma. Sumando la inflación, esta es una situación muy compleja», añadió.
De todas maneras, remarcó la importancia de sostener las ayudas: «Hay que brindar asistencia alimentaria, si mi hijo tiene hambre primero le doy el pescado y después le enseño a pescar, pero estamos empeñados desde hace tiempo en generar proyectos transformadores de la realidad, productivos, de capacitaciones y salidas laborales. No sólo repercute en la economía, sino en el humor social y la convivencia».
Además, opinó sobre la situación de violencia extrema que sacude al Gran Rosario desde hace tiempo: «Toda esta violencia también es consecuencia de falta de perspectiva de futuro de muchos jóvenes que caen ante la tentación de cometer delitos por las necesidades».
«A fin de año pasado Cáritas firmó un convenio con el Ministerio de Desarrollo y ahora estamos implementando una prueba piloto en 14 comunidades transformando comedores y merenderos en centros comunitarios, que sea un lugar de encuentro y capacitación», destacó por último.