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La pandemia aceleró el consumo de psicofármacos en los argentinos


En el país hubo un incremento en el consumo, automedicación y fácil acceso a medicamentos que deberían tener mayor control

No es novedad que la pandemia generó distintos cambios de hábitos en la sociedad, tanto en Argentina como en el resto del mundo. Sin embargo en el país, toda la situación de emergencia sanitaria producida por el coronavirus aceleró el consumo de psicofármacos en los argentinos.

Varios expertos han catalogado como “la pandemia mental” a la situación que está viviendo el planeta desde el 2020. Este será otro de los saldos negativos de la llegada del coronavirus, que disparó los números del consumo de psicofármacos, medicamentos de venta libre, drogas y alcohol, entre otras adicciones y males psicosociales.

Según publica Infobae, el fenómeno no es nuevo en la Argentina: el consumo creciente de psicofármacos se sostiene así hace más de una década, una situación que la irrupción de la pandemia por COVID-19, con las normas estrictas de confinamientos, enfermedades y fallecimientos masivos espiralizó y profundizó. Ahora bien, el escenario previo a la pandemia vinculado al consumo de psicofármacos, alcohol y sustancias no era bueno: 15 de cada 100 personas –casi 3 millones de individuos– consumía psicofármacos bajo prescripción médica, según datos de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y Lucha contra el Narcotráfico (SEDRONAR).

En este contexto el aporte del Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos, a cargo de Walter Martello, en su rol de Defensor del Pueblo bonaerense fue sustancial para sistematizar con cifras y análisis en el tiempo, cuál fue el verdadero impacto de la pandemia en el consumo de sustancias problemáticas. Y cómo se asoció a este escenario un fenómeno que se vio con más fuerza durante la pandemia, la automedicación.

Consultado por Infobae, Martello, como Defensor del Pueblo de la PBA puntualizó, “Argentina muestra un creciente consumo de psicofármacos desde hace más de diez años, situación que en el último año se profundizó producto de factores sociales y psicológicos vinculados a la pandemia por COVID-19. Es indispensable adoptar políticas públicas enfocadas en el uso racional de los medicamentos, entendidas como condición por la cual los pacientes reciben la medicación adecuada a sus necesidades clínicas, en las dosis correspondientes a sus requisitos individuales”.